La breve frase “arráncame la vida” parece significar entrega y amor incondicional, un dar hasta la muerte, una petición de piedad, de masoquismo, vulnerabilidad ante el ser amado, un escudo ante el dolor, y otras connotaciones. Por todo lo anterior, así se titula una de las novelas más destacadas de las últimas décadas, que irrumpió en el ámbito literario en 1985, cuando su autora, Ángeles Mastretta, decidió contar una historia sobre el poder y el amor, desde distintos ángulos.
Mastretta se inspiró en un hombre real muy malvado, por lo que ha contado; éste fue un gobernador de su estado natal, de quien había escuchado un sinfín de historias, sobre todo cosas de terror. Lo conoció sólo a través de lo que se decía de él, ya que murió tiempo antes de que ella naciera. En cambio, su coprotagonista era una joven inventada de la cabeza a los pies, que cuenta lo que quiere, lo que sabe, lo que ve y que desafía a ese hombre; para nada, una mujer oprimida. Fue así como surgieron las figuras de este drama.
Mastretta se propuso desarrollar una “literatura fácil”, adjetivo con el que se calificaba a ciertas obras escritas por mujeres en los años 80 y 90, en contrapeso a lo que se ha dado por llamar “literatura difícil”, por el complejo lenguaje que suelen manejar algunas obras. Pero lo que no tenía planeado era que Arráncame la vida se volviera un best seller que llegó a multitudes de lectores, y ha sido objeto de diversos análisis por parte de críticos de todo el mundo, sobre todo, porque uno de los ejes más importantes de su argumento es la plenitud de la mujer. Su alcance ha sido tal que se ha traducido a 15 idiomas.
La novela se circunscribe a los años 30 del siglo XX, en México. Es una narración hecha por Catalina Guzmán, una mujer ingenua, sobre su vida junto a su tosco y violento esposo, Andrés Ascencio, un general exrevolucionario, mayor que ella, quien considera que las mujeres son un objeto. Los juegos del poder y de la impunidad se exhiben al por mayor, cuando, como gobernador de su estado, el hombre se convierte en candidato para la presidencia. Con cierta resistencia, a pesar de ser joven, Catalina se percata del papel que juega en escena, y, experimentando situaciones nada convencionales propias de un matrimonio tradicional, al final da un giro inesperado a la historia.
Durante mucho tiempo, la escritora ha sido cuestionada sobre el argumento de su novela, su éxito y otros motivos, ante lo cual, ha admitido que se debe a que Catalina, probablemente, es una mujer adelantada a su tiempo por muchas circunstancias, y que es, sin duda, una de las características que más le atraen de sus personajes femeninos.
El libro fue llevado al cine en 2008, por el director mexicano Roberto Sneider, con el mismo título, consiguiendo una adaptación fiel de la obra original. Tuvo como protagónicos a Ana Claudia Talancón, a Daniel Giménez Cacho y a José María de Tavira. Con una gran recepción en su primer fin de semana de exhibición en México, de cerca de 2.5 millones de espectadores, la cinta fue galardonada con un Ariel, un año después, en la LI entrega de los premios de la Academia Mexicana de las Artes y Ciencias Cinematográficas. Asimismo, fue elegida para representar, ese mismo año, a nuestro país en los Premios Óscar, en la categoría a mejor película en lengua extranjera; sin embargo, sólo consiguió posicionarse hasta la lista de nueve semifinalistas, entre las 67 candidatas.
Su autora
Ángeles Mastretta nació en octubre de 1949, en Puebla de Zaragoza, Puebla. Es periodista por parte de la Universidad Nacional Autonóma de México, e hizo una tesis sobre el poder. Su primera obra fue la novela Arráncame la vida, publicada por la editorial Seix Barral, que pronto se convirtió en un fenómeno literario, que le otorgó el premio Mazatlán, en México.
Ha escrito también las novelas: Mal de amores (1996), Ninguna eternidad como la mía (1999); los cuentos, Mujeres de ojos grandes (1985) y Maridos (1997); las memorias, Puerto libre (1993), El mundo iluminado (1998), El cielo de los leones (2003), La emoción de las cosas (2013) y El viento de las horas (2015), además de poesía, con las obras La pájara pinta (1979) y Desvaríos (1996), y por último, la antología Yo misma (2019).
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