Si existe un intérprete que esté en boca de todos, es Benedict Cumberbatch, principalmente por su casi nominación al Óscar, en la categoría de mejor actor, por El Poder del perro (2021), una producción que, desde hace ya algunos meses, ha sido distinguida dentro de los certámenes de cine, y que le representó al británico, una entrega absoluta en cuerpo, alma y espíritu, pues se trató del papel más humano que ha realizado hasta el momento.
Así es que Cumberbatch, quien, en los últimos meses de 2021, estrenó el drama biográfico, La vida eléctrica de Louis Wain, y que está próximo a presentar Doctor Strange en el multiverso de la locura, de Marvel, ha sido muy cuestionado y felicitado acerca de su caracterización en este drama de tipo western, pues supo llevar al éxtasis emocional al espectador, gracias a su comportamiento, escaso diálogo y mirada silenciosa, con los que reflejó los sentimientos que atormentaban a su personaje.
Un crudo papel
Interpretar a Phil Burbank, un despiadado vaquero que habita en las montañas de Montana, en 1925, fue todo un reto para el experimentado actor, quien se preparó a conciencia en labores del campo, el trabajo con el ganado y el manejo de armas; fumó nicotina al por mayor y hasta aprendió a tocar el banjo y estudió sobre minerales y latín. Pero, además, durante todo el rodaje, se sumergió tanto en su papel, al grado de provocar cierto resquemor entre sus compañeros, quienes estaban más integrados al resto del elenco. Por ello, sólo en contados momentos interactuó siendo Benedict.
Y la idea, quizás, era esa, un método de trabajo; despertar miedo, y podría decirse que odio, hacia ese hombre inalcanzable en sus sentimientos, rudo y hosco, quien es la viva imagen del mal, pero encierra profundos secretos.
Para entender a Phil, Cumberbatch, incluso, hasta se sometió a estudios psicológicos de sueño, para saber si estaba en sintonía con él. Es así que, de esta experiencia, rescata la importancia de desentrañar los tormentos internos de los seres humanos, para conocer sus emociones negativas y positivas que forman parte de una realidad, y a la vez, agradece la oportunidad de representar una existencia que está ahí, escondida en la apariencia, en la fuerza, en una forma de vida. El poder del perro ha significado una de las pruebas más enriquecedoras de su trabajo, y al igual que otros de sus personajes, le ha permitido saber por qué otros son como son.
Siempre actor
Benedict Timothy Carlton Cumberbatch nació en el municipio de Hammersmith, en Londres, Inglaterra, hace 45 años. Sus padres son Timothy Carlton y Wanda Ventham, actores de teatro y de series de televisión británica. Tiene una hermana mayor, Tracy, del primer matrimonio de su madre, con James Tabernacle.
Siempre supo que quería ser actor, por lo cual, desde su estancia en Harrow School, una de las escuelas de mayor prestigio, comenzó a actuar. Al terminar, se dedicó, durante un año sabático, a enseñar inglés en un monasterio tibetano. Después, retomó sus estudios en arte dramático, en la Universidad de Manchester, y al concluirlos, los reforzó, asistiendo a la Academia de Música y Arte Dramático de Londres.
En 2002, inició su trayectoria en el séptimo arte, con el cortometraje Colinas como elefantes blancos, con el personaje de El hombre, y desde ese tiempo, ha sabido alternar su trabajo, sumando, a la fecha, un aproximado de 43 filmes para cine, 30 producciones para televisión y 18 para teatro, además de que ha prestado su voz a personajes de radio.
El artista está en la antesala, ahora sí, del Óscar, mientras, para él, sólo se trató de un rol más, de llevar hacia afuera el interior de un ser humano.
Su escasa vida privada
El actor está casado, desde 2014, con Sophie Hunter, quien es directora de teatro y ópera. Tienen tres hijos, Christopher Carlton (6 a.), Hal Auden (4 a.) y Finn (2 a.), y al igual que otras celebridades, trata de mantener su vida personal muy al margen de lo que se comenta sobre su trabajo.
Mirada femenina para un contexto masculino
El filme ofrece una interesante ojeada a un ámbito de hombres y está dirigido por una mujer, la neozelandesa Jane Campion, quien mayormente ha trabajado fuera de su país. Ella elaboró el guion, basándose en la obra homónima, de Thomas Savage, que fue publicada en 1967; y cuando conoció la historia, evocó el desempeño histriónico de Cumberbatch para invitarlo a trabajar en ella.
El poder del perro supone reconocer, una vez más, a una mujer en el tema de la dirección, y con ello, asegurarle un sitio privilegiado en la industria; no olvidemos que su cinta El piano (1993) fue elegida en 2019 como la mejor de todos los tiempos, dirigida por una mujer.
Una de las más aclamadas de la plataforma de streaming
Hasta el 19 de enero, El poder del perro lideraba las premiaciones, con un total de 21 galardones, superando los de Roma, de Alfonso Cuarón. Entre ellos está el León de Plata, del Festival de Venecia, en 2021, por mejor dirección, y tres Globos de Oro, en las categorías, de mejor película de drama, mejor actor de reparto (para Kodi Smit-McPhee) y mejor dirección.
En cuestión de reconocimientos, destaca el nombramiento que Cumberbatch obtuvo en 2015, como Comandante de la Orden del Imperio Británico, por parte de la Reina Isabel II, por sus servicios a las artes escénicas y la caridad.
Sus últimos trabajos dan muestra de los roles tan variados que puede interpretar este inglés tan icónico, quien considera que encaja en un montón de paréntesis aburridos, quizá, por el contexto intelectual de algunos de sus personajes; y es que ha encarnado, en cine, a Julian Assange, en El quinto poder (2013); a Alan Turing, en El código enigma (2014); a Sherlock Holmes, en la serie televisiva británica Sherlock (2010-2017); en teatro, a Victor Frankenstein, en Frankenstein (2011), y a Hamlet, en la obra homónima (2015); entre muchos otros.
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