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Dra. Sofía Ramírez

Crisis climática afecta a los monumentos mayas

Actualizado: 11 abr 2022




Es bien sabido que el cambio climático es ocasionado por el calentamiento global, que genera consecuencias negativas alrededor del mundo. Algunos gases tóxicos son los principales actores de este fenómeno, como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), los compuestos halogenados, el ozono troposférico, el óxido de nitrógeno (NO), entre otros, los cuales son producidos por la quema de combustibles fósiles, generando, a largo plazo, un incremento en la temperatura ambiental, lluvias erráticas y discontinuas, derretimiento de los glaciares, por mencionar algunos problemas.


Se considera que la Revolución Industrial fue el período en el que se empezó a producir el cambio climático, ya que fue cuando se comenzó a emitir gases de efecto invernadero hacia la atmósfera, además de que se realizaron nuevos modelos de producción y consumo en las diferentes áreas, como la agrícola, demográfica, de transporte, etcétera. Debido al aumento en la demanda y en la generación de energía, la cual es obtenida a través de combustibles fósiles, se ha provocado un incremento en la temperatura global del planeta.


Una de las principales consecuencias del cambio climático nos afecta directamente a los humanos, ya que ocasiona la aparición de fenómenos meteorológicos de gran magnitud, como sequías, incendios, lluvias ácidas, la muerte de especies de animales y vegetales, el desbordamiento de ríos y lagos, que conllevan a la destrucción de los medios de subsistencia y de los recursos económicos, sobre todo en los países en vías de desarrollo.


Amenaza a la cultura del pasado

Por otro lado, el cambio climático no sólo ha afectado a los diferentes ecosistemas, sino, también, a los monumentos prehispánicos, principalmente las ruinas mayas en Chiapas. Anteriormente, en dicha zona arqueológica, era común encontrar algunos muros de color verde, rojo o negro; sin embargo, ahora, éstos se encuentran completamente desteñidos. Y es que el color de las paredes era proporcionado por diferentes tipos de algas, que, además, funcionaban como protección ante la humedad.


El incremento en la temperatura ambiental, junto con las lluvias discontinuas y escasas, ha propiciado que exista una disminución en el crecimiento de estos organismos y, por consiguiente, que los monumentos se encuentren totalmente expuestos.


La Facultad de Ciencias, de la Universidad Autónoma de México, ha estudiado este fenómeno en las ruinas mayas, en donde se determinó que hay una correlación entre la disminución gradual del crecimiento de las algas y los cambios climáticos en la región, ya que, debido al incremento de las temperaturas, no hay una temporada de precipitaciones definida, sino que éstas se presentan de manera intermitente y suelen ser intensas durante todo el año. Así, el intemperismo afecta a los monumentos arqueológicos.


Durante mucho tiempo, la presencia de las algas sirvió de protección ante el golpeteo de la lluvia, pues podían absorber y mantener la humedad, sin que se vieran afectados los muros de los vestigios. Sin embargo, al no haber precipitaciones y al incrementar la temperatura atmosférica, se genera una evaporación súbita de la humedad presente, dejando a la intemperie las juntas de las rocas, que, en su mayoría, están compuestas por estuco.


Como consecuencia, al no existir ese recubrimiento natural, cuando las lluvias se presentan, causan fracturas en las paredes de las edificaciones prehispánicas, lo que hace que se generen filtraciones de agua hacia el interior de los muros, ocasionando que se deterioren aún más los restos de las construcciones.


La pérdida de las algas en los monumentos afecta su estabilidad y su textura; además de que, al volverse una región árida, el viento, que lleva arena, arenisca o partículas orgánicas, degrada las rocas al golpearlas constantemente.


Por su parte, las ruinas de las zonas tropicales no han registrado un deterioro por estas causas, pues cuentan con una gran cobertura vegetal que las protege; lo mismo sucede en aquellas zonas más despejadas, como en Teotihuacan, en el Estado de México.


Asimismo, la Facultad de Ciencias está aplicando diferentes protocolos en los sitios vulnerables, con la finalidad de evitar el deterioro ocasionado por el cambio climático o por otros factores, como las plagas de hormigas, murciélagos, gusanos e, incluso, la actividad de algunos turistas, que tocan y engrasan los muros.


¿Cómo podemos apoyar para evitar que la herencia arquitectónica y cultural de nuestros antepasados se pierda? Poniendo en marcha esas pequeñas pero grandes acciones a favor del medio ambiente, que ayuden a frenar el calentamiento global.

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