Día para la espiritualidad

Nirvana es un término del sánscrito, que refiere a un estado que puede alcanzarse a través de prácticas y técnicas espirituales. En el budismo, significa el estado máximo de felicidad que alcanza el alma y tiene que ver con la integración del individuo a la esencia divina y a la falta definitiva de deseos y dolor. En ese sentido, es una meta final que se obtiene practicando la virtud, la caridad, la humildad y la resignación.

El 8 de febrero se conmemora el Día del Nirvana, y es cuando tiene lugar la contemplación de monasterios, templos y de lugares de espiritualidad. A su vez, también, se celebra el páranirvana, que se concibe como el nirvana final, que las personas alcanzan después de su muerte.

Se eligió esa fecha porque fue cuando Siddharta Gautama, conocido como Buda (ss. VI-V a. C.), alcanzó el páranirvana, es decir, la plenitud y la felicidad, más allá del mundo terrenal. No obstante, a Buda no se le considera un dios, sino un maestro o guía, que muestra el camino para llegar al nirvana, un concepto que, cabe decir, también, es de gran valor para el jainismo y el hinduismo.