Un grupo de astrónomos aficionados e investigadores de física espacial fue testigo de un espectáculo de luz verde que formaba olas sobre la oscuridad del cielo de Finlandia, creando un patrón de aurora boreal nunca antes registrado, semejante a las ondulaciones que se marcan en la arena de las playas, pero que aparecieron “rayando” las nubes, lo cual no coincide con los tipos de arcos, espirales y aureolas que presenta este fenómeno.
Las nuevas formas boreales, que fueron analizadas por los científicos, son un campo de ondas monocromáticas que producen radiaciones electromagnéticas, las cuales liberan átomos de oxígeno y nitrógeno, encargados de los efectos visuales de la aurora que, en este caso, se ubicó dentro de la mesósfera a cien kilómetros de altura, con una longitud de onda de aproximadamente 45 kilómetros.
Según el estudio, las curvaturas que manifiesta el nuevo modelo provienen de posibles perforaciones en la mesósfera, que muy rara vez son detectadas y observadas, mucho menos en la zona auroral a 80-120 kilómetros; por lo tanto, este hallazgo representa una oportunidad para examinar la interacción de las capas superiores de la atmósfera que aún no se han explorado.
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