Las enfermedades gastrointestinales son aquellas que afectan al aparato digestivo, las más comunes son la gastritis, la úlcera péptica, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca y el cáncer de colon.
La gastritis es la inflamación de la mucosa que recubre el estómago. Puede ser causada por infecciones, medicamentos, estrés, alcohol o alimentos irritantes. Los síntomas más frecuentes son el dolor abdominal, la acidez, las náuseas y el vómito.
El reflujo gastroesofágico se manifiesta cuando el ácido del estómago sube a través del esófago y genera síntomas que se describen como acidez y sensación de ardor y puede causar lesiones en esa parte del organismo e incluso requerir de cirugía o atención médica oportuna.
El reflujo gastroesofágico (RGE) puede ser más común en personas con obesidad o que no tienen una dieta adecuada, cuando se come muy tarde en la noche o por el consumo de sustancias como el café, chocolate, tabaco y alcohol.
La úlcera péptica es una lesión que se produce en el estómago o en el duodeno (la primera parte del intestino delgado) por un exceso de ácido gástrico o por la presencia de una bacteria llamada Helicobacter pylori. Los síntomas más comunes son el dolor abdominal, la sensación de hambre, la pérdida de peso y el sangrado digestivo.
El síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional que se caracteriza por alteraciones en la motilidad y la sensibilidad del intestino. No se conoce su causa exacta, pero puede estar relacionado con factores genéticos, ambientales, psicológicos o alimentarios. Los síntomas más habituales son la distensión, dolor abdominal por más de 3 días los últimos 90 días, asociados a cambios en la frecuencia de ir al baño (estitiquez o diarrea) y dolor que alivie con la defecación.
Si las personas tienen diarreas nocturnas, sangre en las deposiciones y baja de peso, son síntomas de alarma y deben tratarse.
La dispepsia se refiere a las molestias y/o dolor localizados en la parte alta del abdomen que pueden acompañarse de náuseas, hinchazón abdominal, acidez, digestión pesada, eructos, regurgitaciones y vómitos.
La dispepsia puede deberse a causas muy diferentes, como enfermedad ulcerosa, ERGE, colecistitis crónica, cáncer gástrico, diabtes mellitus, entre otras.
La enfermedad inflamatoria intestinal es un grupo de enfermedades crónicas que causan inflamación y ulceración en el intestino. Las más conocidas son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Se producen por una desregularización del sistema inmune, el que sobrerreacciona frente a las bacterias.
Se desconoce su origen, pero se cree que intervienen factores genéticos, inmunológicos, ambientales y microbiológicos. Los síntomas más frecuentes son el dolor abdominal, la diarrea, el sangrado rectal, la fiebre y la pérdida de peso.
La enfermedad de Crohn o mal de Crohn es una enfermedad inflamatoria que puede afectar cualquier segmento del tracto gastrointestinal, siendo los sitios más frecuentes el íleon distal (parte final del intestino delgado) y el colon. Sus síntomas pueden ser muy variados y complejos, Entre ellos cabe mencionar dolor abdominal recurrente, diarrea, fiebre, fístulas y abscesos (especialmente perianales) y masas abdominales palpables.
Por otro lado, la colitis ulcerosa se reconoce por el compromiso continuo y progresivo de la mucosa del colon, desde el recto hasta la región cecal. Sus síntomas son diarrea con sangre y mucosidades, fiebre, dolor y distensión abdominal, según el grado de severidad.
El meteorismo es un cuadro clínico que se debe a un exceso de gas dentro del intestino y al aumento de la sensibilidad de sus las paredes a la distensión. No hay datos concretos sobre su frecuencia, pero se sabe que es una afección muy común en la población en general, que puede resultar muy molesta. Es frecuente en personas con trastornos digestivos de tipo funcional.
Las formas en que normalmente se manifiestan los gases son: por un eructo excesivo, molestias abdominales por distensión (muy frecuentes) o por flatulencias (expulsión de gases del colon).
En condiciones normales, el gas que se produce es muy poco y aparece por el aire deglutido, por el que se produce y el que viene del torrente circulatorio. La aerofagia (el aire deglutido) la causa principal.
La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, una proteína presente en algunos cereales como el trigo, la cebada o el centeno. El gluten provoca una reacción inmunitaria que daña las vellosidades del intestino delgado, dificultando la absorción de nutrientes.
Los síntomas más comunes son dolor abdominal, diarrea, vómitos, hinchazón, anemia, retraso del crecimiento y alteraciones dermatológicas.
Las pruebas serológicas son de gran ayuda para que los especialistas puedan diagnosticar este tipo de padecimiento.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir por completo el azúcar (lactosa) de los lácteos. Esto puede acarrear molestas sintomatologías, tales como diarrea, náuseas, distención abdominal y flatulencias.
Se recomienda disminuir el consumo de lácteos ricos en lactosa como leche líquida, helados, cremas, queso crema.
El cáncer de colon es un tumor maligno que se origina en las células que recubren el intestino grueso. Es uno de los cánceres más frecuentes y mortales en el mundo. Sus factores de riesgo son la edad avanzada, los antecedentes familiares, los pólipos intestinales, la dieta rica en grasas y carne roja y pobre en fibra, el tabaquismo y el sedentarismo. Los síntomas más habituales son el cambio en el ritmo intestinal, el sangrado rectal, el dolor abdominal y la pérdida de peso.
El diagnóstico de las enfermedades gastrointestinales se basa en la historia clínica, la exploración física y las pruebas complementarias como análisis de sangre, heces y orina, endoscopia digestiva, biopsia, radiografía o ecografía abdominal. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la enfermedad, pero puede incluir medicamentos antiinflamatorios, antibióticos, antiespasmódicos, protectores gástricos o inmunosupresores; cambios en la dieta y los hábitos de vida; o cirugía en los casos más severos.
Las enfermedades gastrointestinales pueden afectar significativamente a la calidad de vida de las personas que las padecen. Por eso es importante prevenir su aparición mediante una alimentación equilibrada y variada; una hidratación adecuada; una higiene personal y ambiental; un control del estrés; un consumo moderado de alcohol y tabaco; y una actividad física regular. Además, se recomienda consultar al médico ante cualquier síntoma persistente o alarmante, y seguir sus indicaciones para un correcto diagnóstico y tratamiento.
Referencias:
1. Vilaplana, M. (2006). Enfermedades y trastornos gastrointestinales. Offarm, 25(3), 70–77. https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-enfermedades-trastornos-gastrointestinales-13085790
2. Enfermedades gastrointestinales | Fisiopatología de la enfermedad, 8e | AccessMedicina | McGraw Hill Medical. (2015). Mhmedical.com. https://accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?bookid=2755§ionid=230414710
3. ¿Cuáles son las enfermedades gastrointestinales más comunes? (n.d.). https://www.clinicalascondes.cl/BLOG/Listado/Gastroenterologia/enfermedades-gastrointestinales-mas-comunes
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