A 20 años de que el Proyecto del genoma humano publicara sus resultados en la revista Nature[1], que abarcaban el 90 por ciento de los tres mil millones de pares de bases del genoma humano, el estudio de la ascendencia y descendencia de una persona o familia, llamado genealogía, tiene ya gran connotación en la investigación, sobre todo de aquella que se apoya en la genética, permitiendo aplicaciones en la medicina, para conocer la predisposición a ciertas enfermedades, en el hallazgo de filiaciones, y por supuesto, en la investigación de delitos.
En 2018 surgió como herramienta en la identificación de delincuentes
Buscando una aguja en un pajar
Uno de los casos más conocidos, en los que la genealogía genética tuvo un papel fundamental, fue el de Joseph James DeAngelo Jr., conocido como el “Asesino de Golden State”, un ex policía y veterano de la Guerra de Vietnam, que perpetró 50 violaciones en el norte de California en la década de los 70, y que de 1976 a 1986 acabó con la vida de al menos 12 personas en el sur de dicho estado, sin que mínimamente se sospechara de él.
Durante el tiempo que el sujeto llevó a cabo tantas atrocidades, fue conocido como “El violador del área este”, el “Saqueador de Visalia” o “El asesino de Santa Bárbara”, entre otros apodos, debido a que no se tenía certeza de que se trataba del mismo atacante, ni que se pudieran conectar los casos de todas las víctimas, ya que la tecnología en cuestión del ADN era incipiente.
Específicamente, el Departamento del Sheriff del Condado de Sacramento, en California, buscó vincular algunos casos similares, basándose únicamente por el modus operandi, y así consecutivamente los detalles apuntaron a que se fuera cercando la investigación; sin embargo, fue hasta junio de 2016, cuando el FBI, que contaba con información del caso, hizo extensivos bocetos y obtuvo testimonios de los inspectores, para atrapar al delincuente, ofreciendo una recompensa de 50 mil dólares.
Pasaron exactamente 22 meses para que DeAngelo Jr., fuera capturado y finalmente, el 21 de agosto de 2018 fue condenado a 11 cadenas perpetuas.
¿Cómo se llegó a él?
Para dar con este hombre, Paul Holes, un investigador retirado de la oficina del Fiscal de Distrito de Contra Costa, y quien trabajaba en el caso tiempo atrás, buscó una valiosa alternativa, al contactar a la doctora Barbara Rae-Venter, una connotada genealogista genética y abogada de patentes de California, quien ayudaría a descifrarlo.
La doctora Rae-Venter, especialista en investigar árboles genealógicos, subió el perfil creado a partir del ADN recolectado de la escena del crimen, a la base de datos de GEDmatch, una firma que permite la comparación de perfiles genéticos, ya que alberga, más de un millón de éstos.
Un miembro de la familia de DeAngelo había usado el sitio, lo cual sirvió para conocer un poco más sobre su parentesco. Fue importante, además, una muestra de semen, preservada durante mucho tiempo, que permitió secuenciar su ADN.
Aunque las autoridades tuvieron el perfil del ADN del “Asesino de Golden State” durante mucho tiempo, no se encontró otro que coincidiera con éste en ninguna base de datos de ADN en el país.
Rae-Venter encontró a 20 primos terceros de este hombre, después fue más atrás e identificó a un antepasado común, un tatarabuelo que vivió en el siglo XIX, después avanzó en la reconstrucción familiar hasta llegar al presente. El análisis completo llevó cuatro meses, que condujeron finalmente a la detención de DeAngelo, 40 años después, en un vecindario de Sacramento.
Importante es decir que, aunque en algunas versiones del caso, no figura el nombre de Michelle McNamara, su trabajo como escritora despertó el interés de las autoridades por investigarlo, y es que, por mucho tiempo, ella hizo una indagatoria sobre diversos crímenes sin resolver, obsesionándose con el de DeAngelo Jr.
Y también en las filiaciones
Por su parte la genealogista Cece Moore, quien dirige la unidad de genealogía forense en la firma Parabon Nanolabs, en Virginia, que ha trabajado en la identidad biológica de adultos, y que ha reconocido el trabajo de Rae-Venter, asegurando que “…abrió las puertas a otros que querían hacer esto, pero tenían reservas”, sin duda refiriéndose a la comparativa de los perfiles genéticos, es en gran parte la autora del modelo a través del cual se pudieron descifrar los vínculos genealógicos que llevaron hasta el convicto.
Cabe decir que Moore no posee estudios científicos, es autodidacta, ya que su profesión es el teatro, el cine y la actuación vocal, sin embargo, se aficionó a la genealogía cuando investigaba a su propia familia hace algunos años, así que se dedicó a desarrollar ciertas prácticas que le permitieran hacer sus propios rastreos genéticos. Por cierto, Moore protagoniza la serie The Genetic Detective, de la cadena ABC, cuya primera temporada se estrenó el año pasado, y en la que hace una extensión de su trabajo cotidiano, además que ha sido invitada a otros programas televisivos para hablar de éste.
Para realizar la identificación precisa, en el caso de una filiación, la experta explica que primero solicita el perfil de ADN almacenado en una firma como GEDmatch, para hacer el cotejo con el perfil de ADN encontrado en el contexto de lo hechos. Al detectar alguna coincidencia, va hacia atrás para ubicar a los antepasados del sospechoso y su vínculo; cuando lo ha hecho, entonces avanza en el tiempo dando un lugar a los miembros de cada generación, hasta la actualidad. Para este trabajo también echa mano de sitios como Newspapers.com, Classmates.com, anuarios escolares, y redes sociales como Facebook, entre otros recursos. Después usa un proceso de eliminación en el que va descartando a los individuos cuya no participación sea obvia, tanto por edades, residencia, etcétera. Poco a poco va concretando al máximo su propuesta, la cual entrega a las autoridades, quienes tendrán en sus manos la responsabilidad de aplicar la ley.
CeCe Moore fue reconocida en 2016, por la cadena ABC, en su programa 20/20, cuando ayudó a desentrañar el caso de tres niñas que recién nacidas habían sido abandonadas en Los Ángeles, en los años 80, siendo hijas de la misma mujer.
Cuidado con los riesgos
Cada búsqueda implica riesgos y una gran responsabilidad, pues se puede llegar a culpar a alguien inocente. Al respecto, cabe decir que hay firmas que en 2012 comenzaron a usar chips avanzados que leen hasta medio millón de letras de ADN de los cromosomas, aumentando la precisión de las coincidencias entre parientes.
Actualmente algunas de las empresas dedicadas a la venta de test genéticos son: 23andMe, Ancestry, MyHeritage (Israel), Helix DNA o Family Tree, entre otras más pequeñas.
Y aunque sus servicios, inicialmente han sido muy novedosos, durante los últimos años, el manejo de la información que estos sitios contienen ha entrado a debate, como un asunto delicado, por la posibilidad de comercialización de datos a terceros, así que el manejo de información genética, se enfrenta a muchas aristas sobre su regulación.
Según los genetistas Doc Edge y Graham Coop de la Universidad de California en Davis, la posibilidad de que un estadounidense de origen europeo tenga un primo segundo y hasta un familiar más cercano en una base de datos como GEDmatch es del 25 por ciento, así que encontrar alguna filiación es casi seguro.
[1] Nature, volumen 409, en su edición del 15 de febrero de 2001.
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