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Foto del escritorRedacción Relax

Hasta siempre, maestro Armando Manzanero



El año 2020 cerró con gran luto en el panorama musical, con la partida del cantautor y productor mexicano Armando Manzanero; ocurrió el 28 de diciembre, por complicaciones de salud agravadas por el COVID-19, dejando un inconmensurable legado de casi siete décadas de trabajo, que perdurará por mucho tiempo.


Como cerrando un ciclo, así partió el legendario compositor, quien aún celebró su cumpleaños los primeros días del mes, agradeciendo a sus amigos, colegas y admiradores las felicitaciones publicadas en una red social, gesto que aseguró guardaría en su corazón por el resto de su vida.


El desenlace ocurrió 17 días después de haber inaugurado el Museo Casa Manzanero, en la ciudad de Mérida Yucatán; un evento que reunió a importantes autoridades del estado sureño, y en el cual, el “maestro Manzanero”, como se le decía con cariño, habló de la importancia de reconocer la creatividad de los compositores.


Una larga vida de inspiración, trabajo y colaboración, llevaría un extenso texto, de ahí que para nuestro propósito haremos énfasis en algunos aspectos de su vida.


Como presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México desde 2011, consideraba vital, dar crédito a quien crea, pues no basta con conocer una melodía o saber cantarla.


El artista era considerado un verdadero ídolo en Latinoamérica e Iberoamérica, y sus éxitos traspasaron otras fronteras, pues piezas como Esta tarde vi llover, Adoro, Somos novios o Contigo aprendí, entre otras baladas y boleros, fueron, son y continuarán siendo, un emblema del amor, por lo que fue apodado “Rey del Romanticismo”.


Sangre musical

Nació en Ticul, municipio de Yucatán, el 7 de diciembre de 1935, como hijo de Juana Canché, quien bailaba jarana, y de Santiago Manzanero, también músico, y uno de los fundadores de la orquesta típica Yucalpetén. Comenzó su formación musical a los ocho años de edad en la escuela de Bellas Artes de Mérida, y años después llegaría a la capital del país, convencido de que su tierra ya le había dado todo y que debía hacer algo para devolverle un poco. Aquí entonces completaría su preparación artística.


Desde pequeño amaba

la música y ésta le regaló ese oficio


Armando nunca fue buen estudiante de otras asignaturas, por ello, como anécdota, recordaba en alguna ocasión que llevar serenata a las novias de los profesores fue un cometido que le permitió aprobar. La escuela entonces, se convirtió en un martirio obligatorio, pues siempre añoró ser músico, pero músico de los buenos. Con respecto a esto, creía que, con el tiempo, la música de calidad perduraba, y la mala desaparecía.


Con gran empeño, el artista llevó a cabo su primera composición a los 15 años de edad y la tituló Nunca en el mundo, con la cual dejó en claro el estilo romántico que le acompañaría por el resto de su vida; y un año más tarde, comenzó a tocar el piano de manera profesional, acompañando en el escenario a varios intérpretes. En esa época no sabía exactamente si iba a vivir de su música, pero sí que ésta se había vuelto indispensable para él, y hasta contaba, conversaba con ella.


A los 22 años de edad Manzanero se empleó como director musical de la filial en México de la firma CBS International, lo cual le permitió ver el amplio panorama que tenía ante sí.


A Nunca en el mundo, siguieron famosos temas, que fueron interpretados por figuras de la talla de Elvis Presley, Frank Sinatra y Tony Bennet, Natalie Cole, Perry Como, Dionne Warwick; y en el plano nacional, por Angélica María, Pedro Fernández, Ana Gabriel y Manoella Torres. Con los años, esta lista creció, siendo Café Quijano, Lolita, Libertad Lamarque, Fabiola Finkmann, Roberto Carlos, Mina Mazzini, Rocío Dúrcal, Raphael, Filippa Giordano, Claudio Nicoletti, Tania Libertad, Javier Caumont, Andrea Bocelli, Ricardo Montaner, Miguel Bosé, Edith Márquez, David Bisbal, Laura Pausini, Olga Guillot, Andrés Calamaro Joan Sebastian, Daniela Romo, Lucero, José José, Alejandro Fernández, Guadalupe Pineda, Paulina Rubio, entre muchos otros cantantes, quienes retomaron sus letras. Pero, además, agrupaciones como Los Baby’s, La Arrolladora Banda el Limón y La Sonora Santanera también lo hicieron en su momento.


En concreto, en 1970, el estadounidense Sid Wayne, quien componía para Elvis Presley, versionó con diferente letra Somos novios (1968) bajo el título It’s imposible, hecho que Manzanero agradeció, por haber sido fuente de inspiración para un grande como Presley.


Por otra parte, fue a Luis Miguel a quien a principios de la década de los 90, le produjo dos álbumes, Romances y Segundo Romance, los cuales resultaron un éxito rotundo para el cantante, al tiempo que jóvenes generaciones pudieron conocer los boleros de antaño, entre los cuales estaban No sé tú y Te extraño; al finalizar este decenio, serían Romance o Tercer Romance, y Mis Romances, las producciones que completarían su colaboración con el intérprete, y que de alguna manera equivalen a una época de reconocimiento para éste.


Una versión impresionante de Adoro es la del cantante japonés Goro Noguchi, quien también imprimió su sensibilidad en la interpretación, y que incluyó en su gira por el 50 aniversario de su carrera como cantante, en febrero de 2020.


Parte de haber tocado el corazón de más de cinco generaciones, se debe a que el maestro Manzanero siempre estuvo interesado en que le grabaran cantantes jóvenes.


Mujeres importantes
Orgulloso de haber nacido en tierra maya, Manzanero contaba con orgullo su amor por todo lo relacionado con el ambiente circense, pues la infancia y parte de la juventud de su madre estuvieron marcadas por trabajar en el circo, además de bailar jarana, actividades que le permitieron sostenerse económicamente. Pero, además, el artista expresaba que mucho de su conducta como adulto tenía que ver con las enseñanzas de su abuela, Rita Vaqueiro, quien hablaba maya, con quien habitó los primeros cinco años de su vida, hasta que fue separado para permanecer con sus padres; sin embargo, decía que le hubiera gustado seguir con ella.
Quizá por ese amor materno y nostalgia del hogar, don Armando aprendió a cocinar, considerando hacerlo, como uno de los grandes placeres de la vida, sobre todo cuando estaba lejos de su hogar, primero por necesidad y después por gusto. Al respecto de ello, contaba haber escrito un libro de cocina, con secretos y detalles aprendidos durante la preparación de sus platillos; por supuesto, un ejemplar muy personal donde figuraba la comida yucateca.

No obstante, grabó muchas de sus composiciones, con un total de más de 30 discos, sus piezas más famosas son: Voy a apagar la luz (1960), Adoro (1967), Esta tarde vi llover (1967), No (1966), Contigo aprendí (1967), Somos novios (1968), No sé tú (1987), Te extraño (1987), Como yo te amé (1986), Nada personal (1993) y Por debajo de la mesa (1997).


Por cierto, Esta tarde vi llover lideró el ranking de las 50 mejores canciones de la música latina entre 1920 y 2015, elaborado por Billboard.


Algunas distinciones que tuvo a lo largo de su trayectoria:


· 1962, quinto lugar en el Festival de la Canción

· 1965, Premio del Festival de la Canción, en Miami

· 1978, primer lugar en el Festival Internacional de Mallorca

· 1993, Premio a la Excelencia, por su trayectoria artística, otorgado por Billboard.

· 2001, Latin Grammy al Mejor álbum vocal pop dúo o grupo, por Duetos, en el que canta con artistas como Olga Tañón, Alejandro Sanz, Ricardo Montaner, Lucero y Miguel Bosé.

· 2010, Premio a la Excelencia musical, otorgado por la Academia Latina de la Grabación que entrega los Latin Grammy, por su gran trayectoria como compositor, arreglista, director y productor musical, con más de 400 composiciones inéditas y más de 50 con fama internacional.

· 2014, se convirtió en el primer mexicano en obtener un Grammy honorífico por su trayectoria.

· 2020, Premio Billboard a la Trayectoria, donde fue homenajeado con la interpretación de varios de sus éxitos por cantantes como: Pablo Alborán, Luis Fonsi, Jesús Navarro, de Reik y Joy, de Jesse & Joy, mientras él acompañaba en el piano.


Eterno enamorado

Como alusión a su amplio repertorio romántico, y porque todos somos resultado del amor, según reconocía, el artista, contrajo matrimonio en cinco ocasiones, de ahí que se considere que muchos de sus boleros están inspirados en vivencias propias. La primera vez con María Elena Arjona Torres, en 1957 con quien tuvo cuatro hijos; María Teresa Papiol Mirassou (1991-1998), Olga Aradillas (2002-2006), Gloria Caballero (2008), y Laura Elena Villa, 36 años menor que él (2014-2020), en total fue padre de siete hijos y abuelo de 16 nietos.



Satisfecho con la vida

Con una voz entre ronca y lacrimógena inconfundible, y con sus letras, nos seguirá hablando del amor y del desamor, porque, aunque pase mucho tiempo, cambien las formas y los ritmos, siempre seguiremos escuchándolas.


Se fue agradecido con la vida, por el aprecio de sus amigos, admiradores y de aquellos que grabaron sus canciones, que perdurarán por siempre, porque el romanticismo no se apaga.


Hoy se ha ido físicamente el máximo ícono de la balada romántica en Latinoamérica, dejando un gran vacío y dando paso a la leyenda. Hoy, el Museo Casa Manzanero, recinto que congrega elementos significativos de su vida, y que, paradójicamente fue el preámbulo de su despedida, es el portavoz del enaltecimiento hacia el yucateco más internacional.

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