Hace poco más de un año, la famosa relojera suiza Patek Philippe, puso a la venta su modelo de titanio Grandmaster Chime, en la casa Christie’s, y lo consiguió por 31 millones de dólares. Se trataba de la subasta filantrópica Only Watch con la que desbancó a Rolex, que en 2017 había colocado el Paul Newman Daytona, por 17 millones 752 mil 500 dólares en la casa Phillips.
El Grandmaster Chime había sido creado exclusivamente para la subasta. Cuenta con 20 complicaciones y dos esferas de oro rosa de 18 quilates y ébano negro, armado en una caja de acero inoxidable. Contiene indicador de fecha, de mes, calendario perpetuo, ciclo del año bisiesto, con cuadro de visualización de año en dígitos, subdial de 24 horas y minutos, y, además, una segunda zona horaria y varios modos de campanilla, de los cuales dos están patentados.
Pero, ¿qué es lo que lleva a invertir estratosféricas sumas de dinero en modelos de este tipo?
Sin duda, es la atracción de los compradores hacia la historia, la novedad y la excelente calidad que hay detrás de cada reloj; su selecta existencia, la innovación que representaron en su momento, y también sus exclusivos diseños que conjugaron la personalidad de sus creadores, con rasgos de aventura, de perfección y competencia, rasgos inherentes al hombre de todos los tiempos; aunque, por supuesto, hay excepciones como el reloj de María Antonieta, que, con su original diseño y funcionamiento, se esperaba enalteciera el carácter de una soberana que vivió entre los lujos más desorbitados.
También hay marcas como Breguet y Rolex que lideran la competencia en subastas y listas de espera para la adquisición de nuevos modelos.
Veamos algunos relojes que han sido subastados:
Marie-Antoinette, 160
En el año 1762 el suizo Abraham-Louis Breguet, se fue a radicar a París y se empleó en un taller familiar de relojes. Conjugaba esta ocupación con cursos de matemáticas y de física en el Colegio de las Cuatro Naciones. En el año 1783, un oficial de la corte le solicitó que creara el reloj más complejo que hubiera existido, no importando el costo, ni lo que tardara en hacerlo, pues se trataba de un regalo para la reina.
Breguet comenzó a fabricar el modelo 160, que daba la hora, los minutos y los segundos, tenía un calendario perpetuo que, incluso, identificaba los años bisiestos; el movimiento habitual de una persona conseguía activar un sistema generador de energía que le daba cuerda, marcaba la hora solar y tenía un segundero independiente, precursor de los cronómetros actuales; sus componentes internos estaban montados sobre piedras de zafiro, poseía una esfera de cristal de roca, que por su transparencia permitía ver el mecanismo interior.
Al estallar la Revolución francesa, Breguet huyó a Suiza y suspendió la fabricación del reloj, el cual nunca conocería María Antonieta. Volvió a París cuando el conflicto terminó, con la idea de retomar su proyecto, pero falleció en 1823, por lo que su hijo Antoine-Louis lo concluiría en 1827.
Con el paso del tiempo, el reloj, conocido como el Marie-Antoinette llegó a formar parte de la colección del sir David Salomons, un importante alcalde inglés, y posteriormente su hija Vera, lo donó al Museo de Arte Islámico de Jerusalén, sin embargo, todavía se enfrentaría a un obstáculo más.
En 1983 el recinto sufrió un gran robo, y parte del botín era el famoso reloj. Este fue recuperado 21 años más tarde, cuando la viuda de Naaman Diller, el ladrón, buscaba compradores, y fue devuelto al museo junto con otros modelos.
Por cierto, existe una réplica del original, hecha por ingenieros de la familia Breguet, quienes se basaron en las notas del legendario relojero, esta pieza fue guardada en una caja de madera de roble que era el árbol favorito de la soberana. La pieza está valuada en aproximadamente 24.5 millones de euros (casi 30 millones de dólares).
Supercomplication de Patek Philippe
Aunque después fue superado por el Calibre 89, de la misma marca, fabricado en 1933 para conmemorar su 150 aniversario, el Supercomplication (No. 198 385) creado para el banquero estadounidense Henry Graves Jr., es uno de los relojes de bolsillo mecánicos con más complicaciones que se hubieran conocido para su tiempo, tan sólo 24. Entre sus funciones están: el sonido de las campanas de Westminster, la inclusión de un calendario perpetuo, hora de salida y puesta del sol y un mapa celeste de Nueva York, apreciado desde el apartamento del banquero, en el 834 de la Quinta Avenida; un cronógrafo que puede registrar dos eventos paralelos, y lo más sorprendente, que todo esto lo consigue sin apoyo de una computadora.
El Supercomplication, se vendió por 24 millones de dólares en la sede de Sotheby’s en Ginebra, en 2014.
Rolex Cosmograph Daytona “Paul Newman”
En 2017 en la subasta Phillips New York Winning Icons, este consagrado modelo se vendió en 17 millones 752 mil 500 dólares, a un comprador anónimo, como el elegante accesorio de un actor, que había fallecido 11 años atrás, y lo había usado por 15.
Se trata de uno de los relojes vintage más aclamados del mercado, Newman lo usaba para cronometrar las carreras de autos en las que participaba, ya que éste le permitía medir el tiempo transcurrido y calcular la velocidad media.
El ejemplar de acero inoxidable, recibió el nombre de Daytona, de una de las ciudades del estado de Florida, donde tuvieron lugar las primeras carreras de autos a principios del siglo XX.
El reloj fue un regalo de Joanne Woodward, su esposa, quien en 1968 se lo dio alentando su pasión por el automovilismo. Casi cinco décadas después, James Cox, quien había sido novio de Nell, hija de Newman refirió que había sido el mismo actor quien le obsequió el reloj a él, en 1984 luego de que reparara su casa del árbol en Connecticut, así que el atractivo modelo se subastó en esa sorprendente cantidad.
La firma Rolex ha fabricado este modelo en tres versiones, aunque en apariencia, es el mismo: la primera en 1963, con cuerda manual; la segunda en 1988, con un movimiento de cuerda automática, y la tercera en el 2000, con un movimiento interno llamado calibre 4130.
Space Traveller I, de George Daniels
En 2019 Sotheby’s vendió en 4 millones 600 mil dólares, un impactante ejemplar creado por el relojero George Daniels (1926-2011), pieza que ya en 1988 había tratado de ser vendida, alcanzado una puja de 222 mil 987 dólares.
Se trata de un modelo que reúne el gusto de Daniels por los viajes espaciales, de ahí que iniciara su obra de arte en 1982. Dentro del reloj incorporó los tiempos medio solar y sideral, la edad y la fase de la luna, así como la ecuación de las indicaciones de tiempo; todo ello pensado en las necesidades de los astronautas.
Parte de la valía del reloj radica, en que su creador fabricó a mano todos los componentes de metal crudo sin ninguna automatización, y mucho menos con apoyo de alguna persona, en su taller de la Isla Man.
Daniels obtuvo gran parte de su experiencia después de participar en la Segunda Guerra Mundial, pues se dedicó a reparar relojes; además, porque admiraba los modelos de Abraham-Louis Breguet, llegando a ser todo un experto.
El Space Traveller recibió su nombre en honor al programa espacial Apollo de la Nasa y fue adquirido por primera vez por el empresario alemán Erivan Haub, quien, falleció en 2018.
RM62-01 Tourbillon Airbus Corporate Jets (ACJ)
Otro de los innovadores que pensó en la aventura, en gran parte de sus modelos, fue Richard Mille quien creó el Richard Mille RM62-01 Airbus Corporate Jets, en la firma que fundó en el año 2001. Un prototipo que conjuga los mundos de la aviación y de la relojería y que tiene un gran valor, pues su edición estuvo limitada a 30 unidades.
El modelo tiene una caja de carbono-titanio en forma de ojo de buey, y contempla una configuración de vibración muy particular, debido a su peso descentrado de oro macizo que gira a la hora asignada de la alarma, a una velocidad de 5 mil 400 revoluciones por minuto.
La firma suiza se alineó con Airbus Corporate Jets para dar mayor precisión a su modelo, con movimiento tourbillon de cuerda manual con horas, minutos, tiempo universal coordinado, selector de funciones y otros usos, que marcan la diferencia.
Cabe decir que, la firma tiene en sus filas de socios, a famosas celebridades como: el corredor de autos español Fernando Alonso, la golfista italiana Diana Luna, el tenista español Rafael Nadal, la actriz australiana Margot Robbie, el productor, cantante y compositor estadounidense Pharrell Williams, y muchas más.
Siempre habrá compradores que se decantan por el mito y los antecedentes que hay atrás de ciertos modelos de relojes, lo cual los lleva a considerar que poseerlos implica apropiarse también de éstos.
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