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Foto del escritorRedacción Relax

Isla de Jeju: el Hawái de Corea




La isla de Jeju es uno de los lugares turísticos más populares entre los coreanos, aunque, en los últimos años, también, se ha vuelto un gran destino para los que disfrutan de unas vacaciones paradisíacas. Se ubica al sur del país y, por sus paisajes y clima en primavera y verano, se le ha empezado a llamar el Hawái de Corea del Sur.

 

Jeju es la isla más grande y meridional de Corea del Sur y es considerada como una joya de la naturaleza; por eso, es Patrimonio de la Humanidad, por parte de la Unesco, además de Reserva de la Biosfera y Geoparque Global. La isla mide unos 73 kilómetros de este a oeste, y 31 kilómetros de norte a sur. Gracias a que permaneció en aislamiento debido a su punto geográfico, su paisaje no ha sido afectado por la industrialización coreana, y eso que está a tan sólo una hora de vuelo de Seúl, la capital del país.

 

Durante años, esta isla surcoreana fue desconocida para el resto del mundo, pero, desde su nombramiento como Maravilla del Mundo Natural, muchos viajeros la incluyen en su lista de pendientes por visitar. Este reconocimiento lo tiene bien merecido, porque, en toda la isla, la naturaleza es espléndida, inclusive, en su interior, hay maravillas, ya que cuenta con espectaculares cuevas volcánicas, que, al internarse en ellas, pareciera que se está realizando un viaje al centro de la tierra.

 

En la isla, hay dos principales ciudades: la capital, Ciudad de Jeju, la cual está en el norte, y Seogwipo, que se encuentra en el sur. Ambas están vigiladas y resguardadas por numerosos dol hareubangs, que son unas estatuas alargadas, hechas con piedra volcánica, en forma de seta. A ellos se les considera dioses que ofrecen protección y fertilidad; por eso, se les puede ver colocados a las afueras y en las entradas de los pueblos, pues se cree que estas imágenes los protegerán de los demonios.

 

Una de las principales actividades para realizar en Jeju es el senderismo. En la isla, hay diversas rutas que llevan al visitante a una infinidad de atractivos turísticos. Hay un camino que asciende hasta el volcán Hallasan, en el centro de la isla; para este recorrido, el explorador debe estar preparado para sentir cómo la temperatura subtropical que predomina en Jeju va subiendo de manera drástica a medida que uno se acerca al punto más alto al que se puede llegar, a 1,950 metros. Para quien lo consigue, la cima le regala uno de los amaneceres más bonitos que jamás ha visto, pues el pequeño lago que ocupa parte del cráter lo acompaña.


Para presenciar bellos amaneceres con esfuerzos más accesibles, se puede visitar el Pico del Sol Naciente, que tiene sólo 182 metros de altura. Para llegar a esa cima (la cual es un cono verdoso, formado por la erupción de un volcán submarino) se deben subir unos 600 escalones. El Pico Ilchulbong del Monte Seongsan, como es conocido este lugar, fue nombrado Monumento Nacional, por la Unesco, y es un macizo que surgió hace unos cien mil años. Se ubica en el extremo de la isla Jeju y una de sus características es que, alrededor del borde del cráter, hay 99 filosas rocas, que simulan una enorme corona.

 


Además de estas aventuras a la cima de los conos volcánicos, se puede hacer espeleología, gracias a que las erupciones dejaron varias cuevas, que quien las mira afirmaría que éstas parecen extender una invitación a ser recorridas, para introducirnos a uno de los fantásticos mundos creados por la pluma de Julio Verne. Un ejemplo es la cueva Manjanggul, considerada como uno de los pasajes de lava más largos del mundo, aunque los visitantes sólo pueden ingresar a una pequeña parte de éste.

           

Para realizar el recorrido, no es necesario llevar equipo especial, porque la oscuridad se disipa por la luz de varios farolillos que guían al aventurero en su camino al interior de esta cueva. Dentro, se pueden observar múltiples formaciones naturales esculpidas por la lava, mientras que la humedad, cada vez, se hace más notoria.

 

Ahora bien, si le gusta más la playa, Gwakji Gwamul es la opción preferida para quienes gustan que el mar esté en calma o dar largos paseos. Por su lado, Jungmun Saekdal proporciona un panorama lleno de colores, como los rojizos, grisáceos o blancos de su hermosa arena; además, como el oleaje es más fuerte, da la oportunidad de realizar deportes acuáticos, como el windsurf.

 



Muy cerca de esta segunda playa se encuentran las columnas de basalto de Jungmun Daepo, las cuales se parecen a la Calzada de los Gigantes de Irlanda del Norte. Este panorama nos recuerda que la naturaleza es la mayor artista, pues los restos de lava que se solidificaron al contacto con el mar crearon hileras rocosas con formas de prismas de distintos tipos, con alrededor de 20 metros de altura.

 

Otra de las imágenes que uno puede disfrutar en las playas es la de “las mujeres del mar” o haenyeo, mujeres buceadoras que se sumergen en las aguas, a pulmón, sin escafandra, para capturar productos del mar. Desde el siglo XVII, las mujeres son las encargadas de la pesca por inmersión, lo cual ha resultado indispensable para la economía e historia de la isla. Estas mujeres, quienes, hoy en día, son de edad avanzada en su mayoría, visten trajes de neopreno y llevan en sus espaldas redes de pescador. Las más experimentadas tienen la habilidad de sumergirse hasta tres minutos en el mar, para conseguir erizos, pulpos o algas. Pero no pueden bucear solas; esto, para evitar situaciones de peligro, por lo que siempre las veremos trabajar en conjunto. Tristemente, esta tradición se ha ido apagando con el paso del tiempo, sin embargo, aún es posible admirar su trabajo.

 


Para degustar algún producto que, con tanta proeza, pescaron las haenyeo, se puede asistir a cualquier terraza del puerto de Seogwipo, donde se sirven apetitosos platos de mackerel, un pescado típico de la zona, y, para los más aventurados, está la opción de pedir un plato con mariscos vivos.

 

Otro punto a visitar es el Geolmae Eco Park. Situado en Seogwipo-si. Ahí, hay varios centros de observación y es posible admirar a más de 170 especies de plantas autóctonas. En este parque, se puede hacer un recorrido para apreciar la naturaleza, y, mientras uno transita por las plácidas veredas, se puede llegar hasta la cascada Jeongbang, la cual cae directamente al mar desde una altura de 30 metros.

 

Sin embargo, no es la única cascada de la isla, también, están las hermosas cascadas Cheonjeyeon, denominadas como ‘El Estanque de Dios’. Éstas se encuentran al sur de la isla y un tanto más hacia al interior; además, están cercadas por espesos bosques y plantas exóticas, que logran una atmósfera mágica.

 

De igual manera, la zona turística en Jeju tiene muchos atractivos: alrededor de Jungmun, hay variedad de resorts y restaurantes, así como acceso a las playas y a un campo de golf de 18 hoyos. Incluso, hay espacios temáticos para todos los gustos; por ejemplo, está el Museo de las ilusiones ópticas y el Museo de cine, el Parque de esculturas eróticas Jeju Love Land, Chocolate Land, Jeju Glass Castle (el Castillo de Cristal de Jeju) o el Museo de osos de peluche.

 

No es de extrañar que tan paradisíaco lugar se hubiera convertido en una locación constante de los mejores k-dramas, y que, por esto, el turismo haya proliferado. Así que, si quiere sentirse dentro de una serie o película, no se arrepentirá de visitar este destino.

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