Con el empoderamiento que otorga la calidad, el éxito, el reconocimiento, el trabajo continuo, pero, sobre todo, la experiencia, esta época ha sido el marco perfecto para alzar la voz, para hablar de los costos que se suelen pagar para llegar a lo alto; para revelar cómo la fama limita la libertad, cómo llega a confundir y hasta a temerle; es el tiempo perfecto para hablar, con soltura y a detalle, de aquellas vicisitudes que se han vivido para permanecer. Así lo ha hecho Kate Winslet, revelando una imagen de ella, poco conocida, una faceta que responde a la pregunta de por qué se mantiene ahí.
¿Dónde?
Podríamos decir que en un lugar privilegiado, con una carrera de casi tres décadas, de trabajo continuo, habiendo alternado producciones de distintos géneros, demostrando una versatilidad admirable, la cual le ha llevado a obtener los premios más representativos de la industria cinematográfica en la categoría interpretativa, y aún, con los pies en la tierra, subrayando, como pocas actrices, que, ante todo, está el talento, la vida personal, familiar, como lo expresó al obtener el Óscar como mejor actriz, en 2009, por El lector, pues se enfrentaba a calibres como los de Anne Hathaway (El casamiento de Raquel); Angelina Jolie (El sustituto); Melissa Leo (Frozen River); y a la magistral Meryl Streep (La duda).
Es así que, este año, Winslet se encuentra triunfando con el papel de Marianne Sheehan “Mare”, en la miniserie estadounidense Mare of Easttown, en la cual, además, funge como productora ejecutiva; un misterioso drama policíaco de HBO, que goza de altos niveles de audiencia, en el que encarna a una detective, residente del condado de Easttown, en Pensilvania; una heroína con una vida real llena de dificultades, encargada de resolver las indescifrables tragedias del lugar.
Y aunque, por supuesto, ha llamado la atención que la actriz, quien está próxima a cumplir 46 años de edad, no haya permitido retoques a su rostro en su caracterización, desatando una serie de críticas negativas, han ganado las constructivas, pues los críticos han terminado por decantarse ante su talento, tanto que el público ya espera una segunda temporada.
Y, por si fuera poco, acaba de concluir su participación en la filmación de Avatar 2, dirigida por James Cameron, que se estrenará en diciembre de 2022.
Los anteriores son logros considerables, toda vez que, como muchas luminarias, y en particular, actrices, han tenido que enfrentarse al desafío de la edad, al de una figura que no reúne los requisitos que impone el cine, etcétera, incluso, muy al margen de su talento.
Pero, amén de este momento, y volviendo a las revelaciones, narraremos los inicios de su fama…
A finales de 1997, un drama romántico de Hollywood, basado en el hundimiento de un conocido trasatlántico, ocurrido en abril de 1912, irrumpió en las salas de cine de todo el mundo, y fue tal su éxito que, a las pocas semanas de exhibición, consiguió lo que muchas historias juntas no habían hecho en un largo tiempo: ser un gran éxito comercial. A partir de ello, todo lo relacionado con su producción fue objeto de especulación, publicidad, etcétera; sus protagonistas (ella, al lado de Leonardo DiCaprio) quedaron inmortalizados, al grado de que su trabajo fue y ha seguido siendo referente de análisis.
Por lo anterior, Kate Winslet, quien, desempeñó el papel de Rose DeWitt Bukater, pareja de Jack Dawnson, interpretado por Leonardo DiCaprio, pareció irrumpir en la escena mundial como una marejada, con una fuerza que no se detuvo y que únicamente, al paso del tiempo, con el afán del trabajo y de otras vivencias, se logró eclipsar un poco.
Y es que, según la estrella, Titanic fue más que un éxito, pues le otorgó una fama inusitada, que la atemorizó, pues la puso en el ojo del huracán, en un punto donde la prensa, en particular la británica, escudriñó su vida personal y hasta su físico, siendo muy cruel; un acoso mediático, para el que no se sentía preparada.
¿Quién era esa joven actriz, casi desconocida en América?
Winslet nació en Reading, Reino Unido, como hija de Roger John Winslet y de Sally Ann Bridges, quienes se dedicaban también a la actuación, pero no de forma permanente. Tiene tres hermanos. A los once años de edad, comenzó a estudiar en la Escuela de Teatro Redroofs, en Maidenhead, y aunque incursionó en obras teatrales a nivel escolar, fueron La estación oscura (1991), serie televisiva de la BBC; y las cintas Criaturas celestiales (1994), Sentido y sensibilidad (1995), Un niño en la corte del Rey Arturo (1995), Jude y Hamlet (1996), sus primeros trabajos profesionales, todos ellos, realizados en su país natal.
Después de Titanic
Winslet se dio cuenta de que no estaba preparada para ese acoso mediático, hablamos de que, en ese tiempo, contaba con 22 años de edad, y por ello, tal vez, se dedicó a desempeñar cautelosamente papeles más discretos, menos comerciales, pretendiendo salir un poco de los reflectores, y lo consiguió, en parte, callando el alboroto y, además, ganando tiempo para aprender, para cortejar al éxito de otra forma, con más experiencia, visión y libertad. Hoy, su calidad está demostrada.
コメント