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Foto del escritorRedacción Relax

Kenny Rogers. La voz del country, que apostó a lo grande



The Gambler, la melodía que Kenny Rogers hizo un emblema y por la cual será recordado eternamente, refiere la advertencia de un hombre a un apostador, ­–aprender a jugar bien, saber sostener los ases, saber doblarlos, saber alejarse, saber cuándo correr, nunca contar lo ganado aún sentado a la mesa, pues habrá tiempo para hacerlo; en la soledad, en la privacidad­– sin duda, como alegoría de un descanso, de un relajamiento que llegará en la cúspide de la vida, y efectivamente, eso vivió el famoso cantante y actor, quien en sus últimos años cosechó el éxito trabajado, y finalmente dijo adiós el 20 de marzo de 2020, dejando un enorme legado artístico.


Kenny Rogers es apreciado como un emblema de la música country, vendió más de 120 millones de discos y obtuvo tres premios Grammy, durante una carrera que inició a finales de la década de los 60, formando parte de algunas bandas y grupos, y que al promediar los años 70, se encargó de continuar en solitario, consiguiendo gran fama, en gran parte debido a su inigualable voz de barítono y su exquisita manera de contar historias, como reconoció alguna vez.


Aunque la trayectoria del artista se ubica dentro de los géneros del pop, soft rock, y country pop, debido en parte a los duetos y acompañamientos que llevó a cabo en numerosas ocasiones, con intérpretes como Dottie West, Dolly Parton, Glen Campbell, Sheena Easton, Kim Carnes, Isabelle Boulay y Lionel Richie, entre otros, el country, fue un común denominador, pues, surgido en los años 20 en las áreas rurales del sur de Estados Unidos, tuvo gran arraigo en las Provincias Marítimas de Canadá y Australia.


En su concepto básico, el country es un referente de música campirana, y en sus inicios mezcló la música folclórica de algunos países inmigrantes con estilos afroamericanos como el blues, el bluegrass y el góspel, cobrando notoriedad en los 40. Una década más tarde, se combinó con el rock and roll y dio lugar al rockabilly, que a su vez representaba una fusión del rhythm& blues, el hillbilly y el country-boogie, sin embargo, para los años 70, se consolidaba sólo bajo el término, country.


Kenny Rogers nació en Houston, Texas, el 21 de agosto de 1938, como el cuarto de siete hijos del matrimonio formado por el carpintero Edward Floy Rogers, y la enfermera, Lucille. Creció en uno de los sectores más pobres de la ciudad, donde terminó sus estudios de high school, y sus mayores influencias fueron Charlie Daniels, Arthur Alexander, Chuck Berry y Nat King Cole, exponente del soul y el country, y como mencionamos anteriormente, decidió dedicarse a la música, primero como miembro de The Bobby Doyle Three, que se presentó en clubes de jazz y se disolvió en 1965, y un año después, como vocalista de New Christy Minstrels.


En 1967 New Christy Minstrels se desintegró y dio lugar a The First Edition, que pronto se renombró como Kenny Rogers and The First Edition y grabó varios éxitos en un periodo de nueve años. Después de esta experiencia, en 1977, Rogers se independizó, continuando su carrera en solitario y con el pie derecho. Muestra de ello fue Lucille, su primer gran éxito en esta condición, tema que llegó al primer lugar en las listas del country y también del pop. Lo que siguió fue una historia de ascenso continuo.


Específicamente, The Gambler (El jugador), que llegó a las listas de popularidad rápidamente y que derivó en la producción de una serie televisiva con el mismo título, en la década de los 80 y la primera mitad de los 90, fue la oportunidad perfecta para la actuación de Rogers, como Brady Hawkes, un jugador del viejo oeste, caracterización que le confirió, cierto aire; incluso se le preguntó en 2015 si era buen apostador, a lo que respondió desenfadado: “Aprendí hace mucho que no puedo ganar suficiente dinero como para excitarme, pero puedo perder lo suficiente como para deprimirme” , “por eso no juego”.


Rogers reconocía haber tenido mucha suerte en encontrar grandes temas que habían tenido el poder de permanecer en los corazones, refiriéndose a su amplio legado musical, y también, conocedor de su arrollador éxito, sabía identificar el arraigo de los temas que contaban alguna historia con un significado social, o bien, aquellas que expresaban lo que las mujeres querían escuchar.


Algunos de sus mejores éxitos:

· Ruby, dont take your love to town (1969)

· The Gambler (1978)

· Just dropped in (1978)

· Coward of the county (1979)

· She believes in me (1979)

· You decorated my life (1979)

· Lady (1980)

· Dont fall in love with a dreamer (1980)

· Through the years (1981)

· Islands in the stream (1983)

En 2013, Rogers invitó a algunos viejos amigos a participar en una producción que sería su último trabajo discográfico; entre ellos estaba Dolly Parton, su eterna amiga, con quien cantó Islands in the stream, que se posicionó como número uno en los Estados Unidos, al poco tiempo de su lanzamiento en 1983.


En esta ocasión, haciendo una rememoración de los maravillosos tiempos grabaron el tema You can’t make old friends, que deja constancia de la gran amistad que los unió por varias décadas, y que mucho tiempo dio lugar a especulaciones acerca de que se trataba de un romance, hecho que siempre desmintieron, ya que ambos estaban en matrimonio; Parton con Carl Thomas Dean y en su momento, Rogers con su cuarta esposa.


Y es que a lo largo de su vida Rogers tuvo cinco matrimonios, el primero con Janice Gordon (1958-1960), con quien procreó a Carole Billingsley; el segundo con Jean Rogers (1960-1963); el tercero con Margo Anderson (1964-1976), con quien tuvo a Kenny Jr.; el cuarto con Marianne Gordon (1977-1993), con quien tuvo a Christopher, y finalmente con Wanda Miller, el más duradero (1997-2020), con quien procreó a los mellizos Jordan y Justin.



En octubre de 2017 el intérprete dio su último concierto en la ciudad de Nashville, Tennessee, en el Bridgestone Arena, despidiéndose de los escenarios, pues reconoció haber tenido una gran vida, pero también que ya era tiempo de detenerse. A su partida, no sólo deja con su voz, el anhelo de una época marcada por su música. Como un gran apostador se fue a contar lo ganado, lo cosechado.

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