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La apnea del sueño como un factor de riesgo para los procesos cognitivos y de memoria



De acuerdo con la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, se ha determinado que existen dos tipos de desórdenes del sueño: el primero, desórdenes respiratorios durante el sueño, y el segundo, los desórdenes no respiratorios del sueño. El primer grupo se divide en tres categorías:

 

1.     Síndrome de apnea hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS)

2.     Síndrome de apnea central del sueño (SACS)

3.     Síndrome de hiperventilación alveolar durante el sueño (SH)

 

La apnea obstructiva del sueño de la que se hablará en este artículo es el SAHOS, el cual es un padecimiento crónico, caracterizado por un colapso intermitente de la vía aérea superior durante el sueño, manifestándose con ronquidos, jadeos, pausas respiratorias o resoplidos que aparecen de manera extraña a lo largo de la noche. Estos síntomas ocasionan que el sueño se vea fragmentado y que se presente una hipoxia tisular intermitente.

 

La apnea del sueño está asociada a múltiples comorbilidades, como la hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, diversas cardiopatías, enfermedades respiratorias crónicas, insomnio, ansiedad y depresión, además de que ocasiona mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia, entre otras.

 

Regularmente, la persona que la padece no es consciente de los síntomas mencionados, sino que son reportados por el compañero de cama, aunque, en algunas ocasiones, puede ser más evidente por despertar con sensación de asfixia, inquietud nocturna, insomnio, falta de concentración, cambios de humor, dolores de cabeza al despertar y/o sueños vívidos o extraños.

 

Asimismo, es posible que algunos pacientes con apnea obstructiva del sueño (AOS) refieran un incremento en los accidentes de tráfico, decremento en la calidad de vida, conflictos en las relaciones interpersonales y disminución del rendimiento escolar y/o laboral.

 

Se considera que esta enfermedad afecta a un 5 % de la población adulta y a un 2 % de niños de entre cuatro y cinco años de edad. Clínicamente, el paciente tipo de AOS es un hombre con obesidad, de cuello corto, roncador crónico, que sufre de somnolencia diurna, sueño poco reparador y cansancio; sin embargo, el diagnóstico se basa en la evaluación conjunta del cuadro clínico y estudios que confirmen el padecimiento.

 

Asimismo, se considera que representa la tercera enfermedad respiratoria más frecuente después del asma bronquial y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los pacientes con AOS tienen mayor riesgo de mortalidad, sobre todo si no son sometidos al tratamiento adecuado y si son sujetos más jóvenes entre 30 y 50 años.

 

El síndrome de apnea del sueño es ocasionado por la obstrucción repetitiva de la vía aérea superior, a nivel faríngeo, durante el sueño, con el cese completo del flujo aéreo (apnea) o parcial (hipopnea). En muchas ocasiones, esto es ocasionado por alteración anatómica y/o funcional de las vías aéreas superiores, haciendo que ésta sea más colapsable que en los sujetos normales.

 

Las apneas e hipopneas que se presentan de manera recurrente ocasionan desaturaciones repetidas de la oxihemoglobina, provocando hipoxias intermitentes, pequeños despertares, fragmentación del sueño y oscilaciones significativas de la presión intratorácica por incremento del esfuerzo inspiratorio, en cada evento de apnea.

 

Asimismo, la información compartida por algunos investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) señala que la apnea obstructiva del sueño incrementa, en un 85 %, el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve y la demencia por Alzheimer. Además, la afectación a nivel neuronal se manifiesta en una relación bidireccional, es decir, por un lado, la presencia de AOS está asociada a un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, y, por otro lado, la prevalencia de AOS es mayor entre los pacientes con enfermedad de Alzheimer, a diferencia de la población general.

 

De igual forma, el tratamiento de la apnea del sueño ha demostrado que tiene un efecto positivo en la mejora de la cognición de los pacientes con diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.

 

Es frecuente que los pacientes con AOS también se vean afectados por una disminución en la capacidad para registrar, almacenar y recuperar la información, sobre todo en la memoria a corto plazo, incluyendo el material verbal y el no verbal. Sin embargo, aunque la memoria verbal episódica se ve afectada en la AOS, ésta puede ser reversible con el tratamiento a tres meses, con presión positiva continua de las vías respiratorias (CPAP).

 

En cuanto al examen físico de los pacientes con apnea obstructiva del sueño, se puede observar que son personas con sobrepeso u obesidad, con factores de riesgo como alergias de tipo respiratorias (obstrucción nasal por rinitis alérgica, adenoides o asma), padecimientos cardiovasculares (hipertensión arterial, arritmias), neurológicos (déficit cognitivo), metabólicos (diabetes mellitus), endocrinos (bocio) u otorrinológicos, con evidencia de hipertrofia amigdalina obstructiva; esto último, sobre todo en niños y adolescentes.

 

El patrón de oro para la confirmación diagnóstica de la apnea obstructiva del sueño es la polisomnografía convencional, que, adicionalmente, ayuda a determinar la severidad de las afecciones a largo plazo; sin embargo, es un estudio caro y poco accesible en un primer nivel de atención médica. Dicho examen analiza cinco variables y realiza una clasificación de la severidad, las cuales son: 1) índice de desorden respiratorio, 2) desaturación, 3) estructura del sueño, 4) ritmo cardíaco y 5) comorbilidades.

 

Por otro lado, la presión nasal positiva continua, también conocida como CPAP (por sus siglas en inglés), ha sido el tratamiento estándar para los pacientes con apnea obstructiva del sueño. Consiste en una máquina que utiliza la presión de aire ligera y estable para mantener las vías respiratorias abiertas al dormir, con la finalidad de enviar un flujo continuo de aire. El uso regular de este dispositivo ha mejorado la cognición y el funcionamiento global de las personas con AOS.

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