Hace tiempo la tecnología comenzó a mostrar que nada es imposible, que los planteamientos hechos por las cintas de ciencia ficción eran ya una realidad. El hombre planteó pequeños artefactos programados para sencillas acciones, hasta llegar a complicados sistemas de descomunal operación, haciendo de este quehacer algo imparable. Por ello, la domótica comenzó a ser parte de la vida, trayendo lo más avanzado y novedoso a primer plano, con el afán de vivir mejor y más fácil.
Es así que, cuando Google anunció su proyecto de una nueva ciudad, llamada Quayside, en octubre de 2017, fue todo un suceso, debido a los productos y servicios que posee. Cabe decir que, ya otras compañías tecnológicas habían hecho lo suyo, como es el caso de Apple, que en 2013 había construido Apple Park, un complejo circular en forma de nave espacial en el que trabajan aproximadamente 12 mil personas y que es una edificación energéticamente sostenible.
El aviso lo hizo Waterfront Toronto, una organización que administra proyectos de revitalización en la costa de Toronto. Ésta presentó un plan para la construcción de Quayside, a través de Sidewalks Labs, una organización de innovación urbana perteneciente a Alphabet Inc., de la cual, Google es su principal filial, y que agrupa a empresas de diversos sectores.
Se planteó que esta ciudad traería enormes beneficios a sus habitantes a través del Internet de las Cosas, primeramente, integrando la tecnología más avanzada para que éstos gozaran de niveles de sostenibilidad, accesibilidad, movilidad y beneficios económicos importantes, como los siguientes: tiendas, oficinas y viviendas, que en gran parte serán construidas con madera; semáforos que se adaptarán en tiempo real al tráfico; carriles para bicicletas con calefacción; preferencia al consumo energético y al cuidado del medio ambiente; sensores para obtener datos sobre las tendencias de los habitantes, su tránsito y su consumo de servicios; y, alta conectividad y cableados que permitirán que sus instalaciones funcionen por sí solas, entre otros.
Controversia
Desde el inicio del proyecto, se consideró que el terreno abarcaría un tramo comprendido en 77 hectáreas, sin embargo, a medida que avanzan los preparativos, se ha reducido a sólo cinco hectáreas, y es que, la polémica se ha despertado, pues la cantidad de datos que recopilará la nueva ciudad acerca de sus habitantes, es objeto de disputa, debido a que los residentes de la zona han empezado a cuestionar el control de estos, y a su vez, se preguntan si es necesaria tanta tecnología para vivir; en tanto, Sidewalk Labs sostiene que esto permitirá comprender mejor la dinámica urbana y estimular la innovación, por lo cual, no hará mal uso de la información.
El 31 de octubre de 2019, el consejo de administración de Waterfront Toronto votó a favor del proyecto, abriendo con ello vía para una evaluación formal por parte de las autoridades; se pretendía que la decisión final estuviera lista el pasado 31 de marzo. No obstante, la pandemia frenó la continuidad de muchos programas, sobre todo, un proyecto como éste, que si bien puede servir como muestra del futuro, por ahora atemoriza a quienes lo ven cerca.
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