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Foto del escritorRedacción Relax

Las montañas oscilan



En la frontera entre Suiza e Italia, se halla el monte Cervino, la montaña más icónica de Los Alpes, que, en los últimos meses, ha sido objeto de estudio por parte de la ciencia, y es que un equipo multidisciplinario de especialistas ha podido comprobar que se mueve, aunque se trata de un desplazamiento mínimo.


Los investigadores instalaron tres estaciones de medición sísmica: dos, en Matterhorn, que es el nombre de la elevación del lado suizo; ubicándose la primera a 4 mil 470 m s. n. m., y la segunda, en un refugio instalado en Hörnligrat, a 4 mil cuatro m s. n. m. En tanto, la tercera fue colocada al pie de la montaña. Los datos emitidos por las tres fueron recogidos por el Servicio Sismológico Suizo, en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH, por sus siglas en alemán), y han sido representados en simulaciones por ordenador.


Las observaciones arrojaron que, de forma semejante a las construcciones de gran altura, que vibran debido a la energía sísmica, derivada de la actividad antropogénica y la de los océanos, las montañas también se mueven, siendo esto, un dato importante para determinar su propensión a deslizamientos de tierra y rocas, en caso de terremotos, y para calcular su estabilidad.


La vigilancia del Matterhorn fue amplificada, ya que los movimientos observados se registraron en el rango de nanómetros a micrómetros. Los científicos revelaron que oscila en dirección norte-sur, a una frecuencia de 0,43 Hertz, y en dirección este-oeste, en una magnitud similar; incluso, fueron aceleradas las mediciones de la vibración ambiental, quedando grabadas en un audio.


Específicamente, se detectó que los movimientos de la cúspide fueron 14 veces más fuertes que los notados en la base de la montaña, lo cual, explicaron, puede deberse a su fijación al suelo, en comparación con la cima.


El estudio, que fue publicado en la revista académica Earth and Planetary Science Letters, en enero pasado, bajo el título ‘Amplificación espectral del movimiento del suelo, vinculada a la resonancia de accidentes geográficos montañosos a gran escala’, fue resultado de la colaboración interdisciplinaria entre el Servicio Sismológico Suizo, el Instituto de Ingeniería Informática y Redes de Comunicación, en ETH, y el Grupo de Investigación de Geohazards de la Universidad de Utah, Estados Unidos.



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