En ediciones anteriores, hemos abordado a varios museos de la Ciudad de México, que, no obstante en los últimos años habían incorporado a sus servicios las visitas virtuales, representando un plus alternativo, innovador y facilitador para dar a conocer sus contenidos, durante la pandemia, que inició hace poco más de un año, han acelerado aún más esta forma de trabajo, con el fin de continuar acercando a su público, a su arte, historia y a sus prometedoras muestras, que tanto enriquecen.
De lo anterior, conversó con Relax la licenciada Alejandra de la Paz Nájera, directora general del Museo Franz Mayer, recinto que este año está arribando a su 35 aniversario y que, en su opinión, es un momento que invita a la reflexión sobre lo que es un museo, lo que ha enfrentado con el cierre de sus instalaciones y lo que ha significado la pandemia, sobre todo por las formas de trabajo que se han venido dando en estos últimos meses.
Tiempo de retos
¿Cuándo se dieron cuenta de que tenían que implementar algo ante el cierre de los recintos culturales?, ¿hubo comunicación entre museos?
La cooperación, colaboración y el compartir experiencias entre museos se dio poco tiempo después del obligado cierre de marzo de 2020. Todos pensamos que duraría unas cuantas semanas, pero no fue así; entonces, la primera pregunta que nos hicimos como Museo Franz Mayer fue ¿cómo le hacemos para conservar una colección que es nuestra responsabilidad que esté en las mejores condiciones posibles, garantizando la seguridad en el equipo?; o sea, asegurar la conservación adecuada de nuestras colecciones tanto en sala como en bodega, y por otro lado, ¿qué medidas tomar para que el icónico inmueble que ocupamos no sufriera las consecuencias de un cierre de tantos meses de duración?
El otro reto era cómo mantenernos vinculados con nuestro público; y es que el binomio museo-público es el que da sentido a nuestro trabajo, pues no estamos como un depositario de cosas valiosas, antiguas e históricas, sino como una plataforma de disfrute de experiencias y de aprendizaje, así que romper ese enlace era algo complejo. De esta manera, nos lanzamos rápidamente a generar contenidos; desarrollamos un programa de exposiciones digitales, visitas que pudieran ser grabadas, materiales para descargarse, actividades para realizar en familia y otros recursos para permitir la continuación de esa conexión, en una especie de acompañamiento en esta época de confinamiento.
Así que el gran cambio ante esta pandemia tiene que ver con un mayor trabajo en línea que nos permitiera la vinculación con el público. Afortunadamente, a esta comunidad presencial se ha sumado una virtual que está fuera de la Ciudad de México, e incluso fuera del país, y que disfruta lo que el Franz Mayer ofrece.
¿Cómo afectaron las condiciones de cierre a las muestras itinerantes?
Se dio en dos casos. Habíamos establecido una relación con el Museo del Virreinato, en San Luis Potosí, mediante la cual, La Nao de China, programada para varios meses de exhibición, quedó encerrada. Pensábamos regresar pronto, pero no podíamos viajar para hacer la recolección de obra; así que las piezas se quedaron en el museo, se bajaron las luces, se tomaron las medidas de conservación adecuadas, y ahí se mantuvieron hasta que, en septiembre, las pudimos regresar.
Por otra parte, estaba World Press Photo, la exposición anual del concurso sobre lo mejor del fotoperiodismo, generada en Países Bajos, que teníamos prevista para junio, pero se tuvo que posponer.
Afortunadamente, los museos tuvimos flexibilidad, disposición y colaboración para reacomodar la programación, y eso permitió salvar proyectos, que, de otra manera, se hubieran cancelado.
¿Con el fortalecimiento de lo virtual, seguirán apoyándose en ello?
Será una forma de trabajo híbrida, en la cual privilegiemos lo presencial; ya que enfrentarnos de manera directa y en vivo a una obra artística, a un objeto histórico, es una experiencia diferente a la digital. No obstante, esta segunda permite descubrir cosas desde donde nos encontremos, teniendo un tiempo mucho más pausado, en algunos casos, de acercamiento a características de la obra, una acción que la visita presencial no permite.
Continuaremos con cursos, conferencias, charlas en línea y con pequeñas exposiciones digitales que hemos desarrollado; por ahora, tenemos cerca de 12, que han tenido una buena recepción por parte del público.
Y como en el caso de otros recintos, es interesante ver cómo las muestras digitales permiten exhibir piezas que no necesariamente están presentes en sala, debido al espacio que requieren; por lo cual, seguiremos buscando la manera de que la combinación de esta experiencia sea cada vez más rica.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de una u otra modalidad?
Creo que, con lo digital, básicamente lo que se pierde es la experiencia, porque ir a un museo no es solamente ir a ver una obra; es una forma de usar nuestro tiempo libre, de enriquecernos, además, porque normalmente vamos a un museo en compañía de alguien o en familia, lo cual nos permite un espacio de socialización, de comunicación.
Más allá de las obras, el museo nos brinda un momento de reconexión, de hacer asociaciones que no necesariamente podemos hacer frente a una computadora, de cómo está colocada una obra de arte, cómo está iluminada, qué está colocado junto a ella, etcétera. Aunque creo que lo digital es un sustituto maravilloso, cuando no podemos viajar.
La sensación de estar ante una obra en vivo es imposible de replicar en la bidimensionalidad de la pantalla, por más sofisticados que puedan ser los sistemas para transmitir esa experiencia digital.
Así que privilegiaría la experiencia digital cuando es posible llevarla a cabo, porque está rodeada de situaciones que la presencial complementa, pero, sin duda, este acto de ir al museo, comprar tu boleto, ingresar y decidir que vas a estar una hora o una hora y media en ese espacio que te invita al pensamiento crítico, a la reflexión, pero también a la relajación, a la creatividad; creo que bien vale la pena.
La licenciada De la Paz concluye la charla con Relax, reiterando la invitación al público para que visite el Franz Mayer: “Hemos trabajado para ser un lugar seguro y un espacio disfrutable. Estamos operando en base a las medidas sanitarias necesarias y vendiendo nuestros boletos en línea”.
Mayor información: www.franzmayer.org.mx
Desde el 2 de marzo, que se dio la reapertura de los museos en la Ciudad de México, el Franz Mayer está presentando la muestra Trazar el mundo, una maravillosa colección que va del siglo XVI al XIX, y que comprende mapas atlas, globos, brújulas, relojes y otros instrumentos que pretenden acercar al visitante a la actividad artística e intelectual que acompañó el desarrollo de la ciencia cartográfica, así como a los distintos modos en que se configuró y construyó la imagen moderna de mundo. La exposición está conformada por 66 objetos y dividida en tres núcleos temáticos, y estará vigente hasta el mes de mayo.
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