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Foto del escritorRedacción Relax

Nace Lázaro Zamenhof, creador del esperanto



El 15 de diciembre de 1859 nacía, en Bialystok, Imperio ruso (actual territorio de Polonia), el médico y oftalmólogo judío Lejzer Zamenhof, conocido como Lázaro, un idealista que creó el idioma esperanto.

Empero su profesión, que terminó de cursar en 1886, y el ejercicio de ésta, Zamenhof se vio influenciado por el poliglotismo de su familia: su abuelo paterno había sido traductor y profesor de lenguas, y su padre, Mordechai Mark, había trabajado como profesor de alemán y francés; así que tenía un talento genuino para los idiomas, siendo el polaco, el ruso y el yidis sus lenguas maternas.


En aquella época, su ciudad estaba poblada, en su mayoría por judíos, que eran considerados una etnia aparte, sometida políticamente, aunque también existían alemanes protestantes, rusos ortodoxos y otros grupos con diferente lengua y religión, así que la convivencia entre éstos era difícil. Incluso, Zamenhof fungió como uno de los fundadores de los primeros círculos sionistas rusos.


Este divisionismo étnico motivó al médico a crear una lengua que facilitara la comunicación, dando paso al esperanto, un proyecto lingüístico que le llevó varios años desarrollar, y para el cual tradujo textos literarios de diferentes tradiciones, dando lugar a un lenguaje expresivo, bello y sencillo.


En 1887 presentó su iniciativa a través de un libro firmado con el seudónimo Doktoro Esperanto (El doctor esperanzado), pues sabía de los riesgos que tendría si aparecía su nombre verdadero.


Zamenhof falleció el 14 de abril de 1917 en Varsovia, y se cree que fue a causa de un ataque al corazón. Su cometido lo llevó a ser nominado en 12 ocasiones al Premio Nobel de la Paz, y aunque no lo consiguió, el tiempo reiteró los alcances de su proyecto. Hoy día,

el esperanto se ha convertido en la lengua planificada internacional más difundida y hablada en el mundo. Hay datos que la ubicaban en 2016 con más de dos millones de hablantes y otros tantos miles en proceso de aprenderla; y es que, a través de las redes sociales, la comunicación de los esperantistas se ha hecho más fluida.


Diversas manifestaciones en todo el mundo dan cuenta del legado de este idealista: calles, parques, puentes, plazas, etcétera, llevan su nombre; asociaciones ofrecen cursos de esperanto, y en Japón existe un género de líquenes que en su honor fueron nombrados Zamenhofia, entre otras.

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