Un estudio reciente arrojó una nueva ruta para medir los niveles de azúcar en la sangre (BGL) sin extraer este líquido. Se trata de una técnica revolucionaria y no invasiva que utiliza un sensor de glucosa basado en ondas electromagnéticas, el cual se inserta por vía subcutánea y es capaz de rastrear cambios mínimos en la permitividad dieléctrica debido a cambios en los BGL.
El sensor, que tiene aproximadamente una quinta parte del tamaño de un hisopo de algodón, puede medir los cambios en las concentraciones de glucosa en el líquido intersticial (ISF), el líquido que llena los espacios entre las células.
"El sensor implantable propuesto no sólo ha superado las desventajas de los sistemas de monitoreo continuo de glucosa (CGMS) existentes, como la corta vida útil, sino que, también, ha mejorado la precisión de la predicción de la glucosa en sangre", señaló el profesor Franklin Bien, líder de esta investigación, en el Departamento de Ingeniería Eléctrica del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan, en Corea del Sur. Sus hallazgos han llamado mucho la atención, ya que el método elimina la necesidad de que los pacientes con diabetes se pinchen repetidamente los dedos con un medidor de glucosa.
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