En 2011, investigaciones de la revista Nature identificaron a un pequeño pez globo, del género Torquigener, realizando una obra maestra en el fondo del mar, la cual calificaron como una forma de cortejo, luego de ver el proceso de creación.
Primero, en la arena del fondo del mar, con apoyo de sus aletas pectorales, anales y las caudales (que usa para moverse), el pez pareció esculpir un círculo; después a partir de esta figura, comenzó a cavar valles o surcos de manera lineal. Sobre la formación, se dedicó a nadar en diferentes ángulos, siguiendo una dirección radial, recorriendo del exterior de la formación al interior, y viceversa, dibujando círculos dentro de otros. La parte central de la obra era la más delicada, pues ahí es donde la hembra depositaría los huevos.
Asombroso, ¿verdad?
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