La tranquilidad de estos profesionales de la salud es es esencial para una buena atención a sus pacientes
Históricamente, la profesión médica ha sido considerada como una de las más nobles y, al mismo tiempo, una de las más exigentes. Los profesionales de la salud no sólo lidian con la presión inherente de tratar, a diario, con enfermedades de todo tipo, dando su mejor esfuerzo para salvar vidas; también, deben batallar con largas horas de trabajo, la constante necesidad de actualización académica y las emociones de sus pacientes asociadas a sus padecimientos, decesos, entre otras interacciones.
Pero los médicos son humanos, y esta combinación de situaciones y emociones puede generarles niveles significativos de estrés, preocupación, tensión mental, depresión, ansiedad y agotamiento; es decir, los mismos problemas de salud mental que enfrentan muchos de sus pacientes.
Algunos de los que presentan estas dificultades se resisten a buscar ayuda debido a inquietudes relacionadas con la suspensión de sus licencias, el miedo a perder oportunidades de trabajo o por una percepción generalizada, que, a menudo, desaprueba que los médicos muestren vulnerabilidad.
Sin embargo, los especialistas sostienen que, al buscar apoyo, estos profesionales pueden mejorar en su labor. De hecho, abordar con transparencia los temas de salud mental en los médicos, por causa de sus labores del día a día, puede disminuir el estigma y fomentar la toma de medidas para el bienestar.
Los números hablan
Un metaanálisis, publicado en el Journal of the American Medical Association, estimó que la tasa de depresión entre los residentes médicos era del 29 %, mientras que la tasa entre los no médicos era del 8 %. Además, datos de Medscape señalan que la tasa de médicos que fallecen por suicidio es dos veces mayor que la de la población general.
Por su parte, una encuesta de Medical Protection indica que el 85 % de los médicos ha experimentado problemas de salud mental, siendo los más comunes el estrés (75 %), la ansiedad (49 %) y la baja autoestima (36%).
El desafío de la salud mental en los médicos
Este tipo de situaciones en los profesionales de la medicina es una preocupación que ha ganado visibilidad en las últimas décadas; y es que, si bien los médicos ayudan a sus pacientes a enfrentar este tipo de trastornos, a menudo, ellos afrontan solos los propios. Existen varios factores que impactan en la salud mental de los galenos, entre los más comunes, están:
Carga laboral intensa: Las largas horas de trabajo y el ritmo frenético en hospitales y clínicas pueden llevar al agotamiento físico y mental.
Responsabilidad emocional: Atender a pacientes en situaciones de vida o muerte, y enfrentar el sufrimiento humano de manera diaria, puede generar un gran peso emocional en el médico.
Falta de control: A menudo, estos profesionales pueden sentir que carecen de control sobre aspectos administrativos o factores para la toma de decisiones de su trabajo.
Perfeccionismo: La formación médica suele fomentar el perfeccionismo, lo que puede generar ansiedad ante la posibilidad de errores.
Estigma: Hay una percepción cultural de que los médicos siempre deben ser fuertes y no mostrar debilidad, lo que puede dificultar la búsqueda de ayuda.
Consecuencias para la salud mental
Si no se maneja adecuadamente, cualquier situación de índole mental puede desencadenar una variedad de problemas, como la ansiedad, la depresión, el agotamiento profesional (Síndrome de Burnout) e, incluso, pensamientos suicidas. Por esto, es crucial que los médicos reconozcan estos signos y busquen ayuda cuando sea necesario.
Estrategias de manejo
Como guardianes de la salud pública, los médicos no son inmunes a las consecuencias de la carga de trabajo, las decisiones críticas y la constante exposición al sufrimiento humano, lo que significa que NO deben vivir agobiados por la carga emocional que estas situaciones suponen.
Existen algunas estrategias efectivas que pueden ayudarles para lidiar con estas situaciones:
Conciencia y aceptación: Reconocer y aceptar la existencia de estrés y ansiedad es el primer paso para manejarlos. La negación sólo agrava la situación. Es vital entender que tener estos sentimientos no significa incompetencia o debilidad.
Desarrollo de habilidades de resiliencia: Tener la capacidad de recuperación ante adversidades es crucial. Técnicas como la meditación, el mindfulness y ejercicios de respiración pueden ser valiosas herramientas para aumentar la resiliencia emocional.
Establecer límites: Está bien y es necesario aprender a decir "no", tomar descansos y asegurarse de tener tiempo para su propia persona.
Apoyo profesional: Es fundamental que no duden en buscar ayuda profesional si sienten que el estrés y la ansiedad están afectando su bienestar. Esto puede incluir terapia psicológica, coaching o grupos de apoyo entre colegas.
Actividad física regular: El ejercicio es un potente antídoto contra el estrés; no sólo libera endorfinas, que son químicos naturales para mejorar el ánimo, también, ayuda a tener una mejor calidad de sueño y a liberar tensiones.
Evitar el aislamiento: Aunque puede ser tentador retirarse de actividades sociales o profesionales, el aislamiento puede exacerbar sentimientos de ansiedad y depresión. Es importante mantener conexiones y compartir experiencias.
Priorizar el autocuidado: Los médicos, a menudo, ponen las necesidades de los demás antes que las suyas; sin embargo, para brindar la mejor atención posible a sus pacientes, deben cuidarse también a sí mismos, primero.
Desarrollar hobbies: Tener actividades fuera del trabajo, que generen satisfacción y alegría, es una excelente manera de desconectar y reducir la ansiedad.
La salud mental y emocional de los profesionales de la salud es una preocupación que debe abordarse con seriedad y comprensión, no sólo para su propio bienestar, sino, también, para la calidad de atención que brindan a sus pacientes.
Las instituciones médicas y la sociedad en general deben ser conscientes y proactivas en ofrecer apoyo, formación y recursos para ayudarlos a lidiar con estos desafíos de su profesión. Al tomar medidas y buscar apoyo, es posible manejar el estrés y llevar una vida profesional y personal equilibrada.
Comments