Un antihéroe muy real
Robert Pattinson ha cumplido 34 años y se está consolidando como uno de los mejores actores. Es versátil, camaleónico y aventurado, luego de demostrar que ha superado la huella que le dejó el papel de Edward Cullen, el joven vampiro de Crepúsculo, la famosa saga que formó parte del cine adolescente de principios de este siglo; es así que con historias como Lighthouse (2019), queda claro que va por buen camino.
Y aunque, por ahora, todo lo alusivo a él tiene que ver con el estreno aún lejano de Batman, sobre la cual, tanto fans como críticos han generado diversas especulaciones, el artista está determinado a explorar diversas facetas interpretativas, pues tiene en su haber filmes con directores de la talla de David Cronenberg, Bill Condon, David Michôd, Werner Herzog, Anton Corbijn, Brady Corbet, Claire Denis y Robert Eggers, entre otros creativos, con quienes ha coincidido profundamente en el enfoque que dan a sus historias, lo cual es una importante característica para el cine independiente.
Más abierto, y dejando atrás al tímido joven que era en 2005, el londinense ahora está dispuesto a ejecutar papeles de los cuales no tiene un referente, pues estos son los que le llevan a explorar y volcarse emocionalmente en el set, expresando sensaciones que desconoce.
Ejemplo de lo anterior es Lighthouse, historia de terror psicológico, en la que compartió créditos con el experimentado Williem Dafoe, con una trama que fue catártica y en la cual danzó “como si tuviera una bailarina dentro”, lo cual, ha contado que era un anhelo de tiempo atrás, porque había buscado filmar alguna cinta que tuviera como temática el ballet; pero además, le llevó a experimentar la manera en la que trabajan los actores de método.
Cabe decir que por dicha cinta, se mantuvo muy cercano en las nominaciones al Óscar de este año, en la categoría de mejor actor, habiendo conquistado anteriormente a la crítica del Festival de Cine de Cannes, sin embargo, como otras producciones, quedó fuera de las listas definitivas.
De amor y locura
Aunque comenzó su carrera en teatro, Robert Pattinson saltó a la fama oficialmente, caracterizando a Cedric Diggory en Harry Potter y el cáliz de fuego (2005), un personaje al que, según sus más recientes declaraciones, le debe en gran parte su carrera, porque como referimos al inicio, la incursión en Crepúsculo (2008-2012), le afectó demasiado.
Y aunque considera que la romántica historia cumplió con su cometido, pues fue aceptada por el público y estará en su paso por el celuloide, al transcurrir el tiempo, ha reflexionado que, cuando empezó su carrera, su ego era más grande y le llevó a perder el control en muchos aspectos de su vida y del trabajo, especialmente cuando hizo las secuelas de la saga, ya que todo estaba predeterminado y perdió su identidad.
Por ello, ha reconocido que al concluir con esa historia se dio cuenta de lo inmenso que es el mundo y de su tamaño real como actor y persona. Entonces, fue cuando comenzó a interesarse por otro tipo de cine, uno más profundo, más real.
El antihéroe
Mucho se ha comentado de la incursión de Pattinson como el caballero oscuro o el caballero de la noche, un papel que él mismo no imaginaba tiempo atrás; que no deseaba hacer, pues no es de su agrado caracterizar héroes. Incluso, considera que Batman no es un héroe, sino un personaje muy complejo, cuya moralidad está fuera de lugar a diferencia de otros que también pertenecen a los cómics, además de tener una visión del mundo muy simple, pero con un enfoque extraño. Aún así, quizá fueron estas características las que le atrajeron para aceptar interpretarlo.
En contraste a un personaje como Batman, el artista refiere que, en el mundo real, hay muchos héroes luchando día a día, pero no saben que lo son.
Por otra parte, aprecia que esta interpretación representa todo un reto, pues enfrentar a un público que ya conoce los antecedentes del argumento, es muy diferente, a hacerlo con otro que no tiene idea de lo que tratará la historia que va a ver por primera vez. Además, que es un desafío que ya han tenido otros actores, lo cual lo pone de lleno en la mira de la crítica.
Pese a todo, opina que la historia es una gran oportunidad, pues, aunque es consciente de que una cinta puede terminar con una carrera, refrenda que, si eso le ocurriera, le gustaría terminar con la mejor, con una historia genial.
Actualmente, se encuentra en medio de la filmación de Batman, bajo la dirección de Matt Reeves, la cual tuvo que ser suspendida debido a la pandemia de la enfermedad por coronavirus; por lo cual se especula que posiblemente no se encuentre lista para la fecha prevista de su estreno.
Pero, además, en este año, tiene pendiente el estreno de Tenet, del director Christopher Nolan, y también de ‘Idols’ Eyes, de Olivier Assayas.
Curiosamente, a Pattinson le ocurre algo semejante a lo que pasa con algunas actrices, y es que su atractivo físico suele jugar en su contra, especulándose que podría ser seleccionado en algunos castings por éste, en lugar de considerar que ha sido elegido por su talento. En ese renglón, otra de sus facetas es la de modelo y representante de algunas de las marcas de moda más prestigiosas, siendo apreciado como un gran ícono.
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