Según información del 2022, poco más del 79 % de la población mayor a seis años de edad es usuaria de un teléfono celular o smartphone, y una gran parte de este porcentaje prefiere la comunicación por texto que por llamada telefónica. La inclusión de nuevas tecnologías en estos dispositivos electrónicos ha ocasionado que se vuelvan una parte esencial de nuestra vida cotidiana, sobre todo en los adultos jóvenes, a quienes se les puede observar haciendo uso constante de ellos; más del 70 % de los usuarios de la telefonía móvil comparte fotografías con regularidad y hasta un 46 % se encuentra activo en, al menos, una red social.
Se considera que el tráfico mundial acumulado en las redes sociales es, aproximadamente, de 180 exabytes, lo que corresponde a que cada habitante del planeta pase, mínimo, 35 minutos diarios en redes sociales. Si bien los smartphones nos favorecen en muchos aspectos –como el acceso a la información, de manera rápida y sencilla, la comunicación instantánea y global, la automatización y la eficiencia de algunos procesos que, anteriormente, implicaban mayor tiempo y esfuerzo–, no debemos olvidar que, también, tienen consecuencias negativas, ya que pueden afectar a la salud del ser humano.
De acuerdo con un estudio realizado en Canadá, se determinó que los estudiantes utilizan los dispositivos móviles durante 4.65 horas, en promedio, siendo esta población la más susceptible a padecer el síndrome de text-neck. Dicho término fue utilizado, por primera vez, en 2008, por un quiropráctico estadounidense, y es comúnmente utilizado para describir el dolor y/o las lesiones en el cuello ocasionados por una postura mantenida mientras se está utilizando el teléfono celular, tabletas u otros dispositivos, por mucho tiempo y con demasiada frecuencia. Y es que, en el síndrome de text-neck, la persona tiene la cabeza flexionada hacia abajo mientras se observa el dispositivo electrónico.
En México, la mayoría de los usuarios de internet tiene una edad entre 12 y 34 años, por lo que este problema tiene una prevalencia del 86.9 % en la población infantil y adolescente, afectando, en su mayoría, a la población femenina. El daño se inicia con la degeneración de la columna cervical, como resultado del estrés por la flexión constante y mantenida, así como por la anteproyección de la cabeza mientras se observan las pantallas de los dispositivos. Aunque es un padecimiento descrito recientemente, cada vez, tiene mayor impacto en la salud pública.
En cuanto a los síntomas y signos en el síndrome de text-neck, el dolor es el más común; se puede presentar en el cuello, extremidades superiores (hombros, pulgares, muñecas, brazos o antebrazos), espalda alta y baja; sin embargo, también, puede aparecer un dolor de tipo referido debido a la postura anteriorizada excesiva, afectando a más de un grupo muscular.
El uso prolongado y excesivo de teléfonos inteligentes, así como el uso de computadoras, incrementa la fatiga muscular y provoca que haya una disminución del umbral al dolor. Los músculos que presentan mayor fatiga después de realizar estas actividades son el abductor corto del carpo, el braquiorradial, el flexor cubital del carpo y las fibras del trapecio.
Adicionalmente, existen otras manifestaciones clínicas, como la rigidez cervical, la dificultad para mover el cuello de un lado hacia el otro, en donde se ven afectados los músculos escalenos, romboides, esternocleidomastoideos y trapecios, que presentan debilidad y entumecimiento. Asimismo, la tensión constante de los músculos mencionados anteriormente puede desencadenar dolor de cabeza intenso; en casos severos, puede haber entumecimiento y parestesias en manos y dedos, así como algunas manifestaciones oculares, como la fatiga y resequedad en los ojos, y el desarrollo o incremento de la miopía.
Se considera que estos síntomas se presentan como resultado de una disfunción musculoesquelética ocasionada por una mala adaptación a la demanda de diferentes cargas en el cuello. Cuando la cabeza se encuentra en una posición neutra, es decir, a un ángulo de 0° (completamente vertical), tiene un peso aproximado de 5 kg; sin embargo, a medida que el ángulo de flexión va aumentando, también, incrementa la fuerza en el cuello y, por consiguiente, el peso de la cabeza, pudiendo llegar a tener 27 kg de peso en un ángulo de flexión de 60°. De manera general, se considera que, cuando se utilizan los dispositivos electrónicos, hay una flexión de alrededor de 45°.
De igual forma, la flexión constante del cuello provoca la pérdida de la curvatura normal de la columna cervical, incrementando las tensiones musculares de este segmento, siendo tan intensas, en algunos casos, que puede producir lesiones de mayor gravedad, como desgarres, desgastes o degeneraciones, que pueden requerir tratamiento quirúrgico.
Las alteraciones ocasionadas por los patrones de tensión postural provocan diversos cambios adaptativos dolorosos para compensar la mala postura; de esta manera, se presentan patrones disfuncionales, como incremento en el tono muscular, el dolor aumenta aún más con la hipertonía, inflamación o irritación crónica, acortamiento de la fascia muscular, susceptibilidad a la fatiga de tejidos blandos, entre algunos otros.
En cuanto al tratamiento, la sintomatología puede mejorarse con analgésicos, aplicación de frío y/o calor, además de ejercicios de cuello y de la cintura escapular; aunque el factor más importante es disminuir la carga de trabajo de los músculos involucrados, con una postura correcta: si se apoyan los codos en una mesa mientras se utiliza el teléfono, la postura de la columna cervical se corrige. Mientras no se retire la causa o se modifique la posición de inclinación, la sintomatología seguirá presente.
Asimismo, existen algunos ejercicios de estiramiento de la musculatura lateral del brazo, de antebrazo y muñecas –durante 10 segundos, de ocho series cada uno–, así como entrenamientos de fuerza, con pesas, para los músculos del cuello, hombros, codos y muñecas, como la elevación frontal, elevación lateral, encogimiento de hombros y extensión de muñeca.
Finalmente, es recomendable que se utilicen dispositivos electrónicos en una posición neutral, para evitar las complicaciones en la columna cervical, y abstenerse de usarlos durante períodos prolongados.
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