Gastronomía, cultura, historia y hasta deportes integran la experiencia de las rutas de viaje en el turismo del vino
Para los amantes del vino, no hay mejor viaje que el que los lleva a un viñedo, porque simplemente no existe manera ideal de conocer esta bebida que rastreándola hasta su fuente, hasta sus raíces, y descubrir por qué sabe de la forma en que lo hace.
Si es apasionado de este elixir y es de las personas que desean descubrir nuevas experiencias gastronómicas y culturales, estamos seguros de que el enoturismo es una actividad que podrá disfrutar en todo su esplendor.
Mucho más que sólo vino
Si hay un tipo de turismo que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años es el enoturismo, ya que, a través de la diversificación de la oferta y la fusión con otros sectores, está atrayendo tanto a expertos como a curiosos, que, ya sea por pasión o por placer, deciden disfrutar de unos días de ensueño entre viñedos, barricas y tradición.
También conocido como viniturismo, esta rama del turismo gastronómico está enfocada en dar a conocer el mundo del vino a las personas que viajan. Las actividades suelen incluir recorridos a los viñedos y las bodegas, ver la línea de producción y disfrutar de las catas; incluso, se pueden visitar algunos museos dedicados a esta bebida hecha de uva.
Aunque el gran protagonista de estos viajes es, sin duda, el vino, no es el único factor que influye a la hora de elegir un destino, ya que el enoturismo ofrece cada vez más combinaciones, mezclando cultura, naturaleza, gastronomía e historia, y suele ir de la mano del turismo sostenible y las escapadas rurales.
De una larga tradición
Si bien, pareciera que el enoturismo es un concepto reciente, en realidad, no lo es. Nació en la década de 1970, en Mondavi, California, cuando visitar viñedos y catar vinos directamente en el lugar de elaboración se convirtió en una tendencia, misma que, más tarde, se extendió a las grandes ciudades, como Washington D. C., Nueva York y San Francisco. Otros países rápidamente se sumaron a la tendencia, y Chile, Argentina y Sudáfrica son, ahora, tierras de turismo vinícola.
Sin embargo, son muchos los lugares que se pueden visitar para disfrutar del mejor enoturismo del mundo. A continuación, algunos destinos increíbles, recorridos y bodegas perfectas para los amantes del vino.
Regiones vitivinícolas de Alemania
Los paisajes de la zona vinícola alemana son impresionantes y ésta es uno de los mejores lugares para experimentar el enoturismo en Europa. Rheinhessen es la región más grande del país, con algunas variedades de uva muy raras; ahí, se elabora vino desde la época de los antiguos romanos.
La región de Palatinado es la mejor para probar los derivados de la uva riesling. Es famosa por los festivales del vino, que son un gran éxito entre los enoturistas. Por otro lado, Mosel es un buen lugar para disfrutar de vinos dulces y vistas panorámicas que dejan sin palabras.
Rutas del vino en California
Éstas son muy populares y una visita obligada si se encuentra en la zona y le gusta esta bebida. Existen dos áreas en particular para los tours del vino: Sonoma y el Valle de Napa. Se puede elegir entre recorridos privados de lujo y los grupales. Algunos de ellos incluyen picnics, y en otros, se puede andar en bicicleta eléctrica o se combinan con caminatas.
Zonas de vino de Francia
Si quiere ver de dónde proceden algunos de los vinos más famosos, entonces el enoturismo en ese país es lo que busca. Desde Champagne hasta Burdeos, se pueden encontrar diversas regiones que poseen vinos que llevan su nombre, y que ofrecen tours, visitas a viñedos y sesiones de degustación.
Puede pasar un fin de semana de vino y golf, y disfrutar de talleres de champán. Asimismo, si desea conocer otras cosas además del vino, también, se pueden encontrar otras excursiones culturales.
Las regiones cálidas de Nueva Zelanda
Esta nación es conocida como el ‘segundo hogar de Sauvignon Blanc’, motivo por el que está ascendiendo al estrellato del vino. Algunos de los mejores lugares para visitar son: Marlborough, la región vinícola más grande del país, con una producción diversa y un paisaje increíblemente verde. El área se divide en tres subzonas, conocidas como Southern Valley, Wairau Valley y Awatere Valley. Se puede optar por recorridos autoguiados, en autobús, con paradas libres, o bien, por los que son completamente guiados.
Otra región es Central Otago, la más austral del mundo y famosa por sus pinot noir y los vinos blancos, lo que le otorga un gran reconocimiento entre los visitantes. Se pueden realizar recorridos y visitar varias bodegas, almorzar, ver el hermoso paisaje y, lo más importante, probar algunos de los productos locales.
Alojamiento
Hay que considerar que la mayoría de los enoturistas permanece en zonas rurales durante sus travesías. No es de extrañarse si consideramos que pasar un fin de semana entre viñedos responde a sus expectativas de entrar en contacto con la naturaleza y las tradiciones. Sin embargo, varias regiones cuentan con alojamiento, que ofrece desde cabañas hasta hoteles de lujo en los que puede disfrutar de un tratamiento especial de vinoterapia o un masaje corporal con aceite de pepita de uva.
Como puede darse cuenta, el enoturismo es una experiencia muy enriquecedora, que permite visitar áreas nuevas y poco exploradas. Si decide ser parte de una aventura como esta, recuerde que lo esperan paisajes pintorescos, gente fascinante, diversidad de sabores, experiencias sensoriales memorables y una amplia gama de actividades que podrían sorprenderlo.
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