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Foto del escritorRedacción Relax

Viajar es vivir, vivir es aprender

El dinero y el tiempo que marcan la diferencia


La novelista neoyorkina Susan Sontag (1933-2004), refería “No he estado en todas partes, pero están en mi lista”, una idea conveniente para responder a la pregunta: ¿Qué lugares conoce?, o bien ¿dónde ha estado?, y es que, sin duda, una de las conversaciones más enriquecedoras de cualquier encuentro es aquella que concierne a los viajes, a las vivencias en otros contextos que nos ilustran y despiertan la imaginación. Además, quienes han reflexionado sobre la importancia de viajar, señalan que hacerlo permite crecer en tolerancia, descubrirse a sí mismo y modificar la percepción del mundo, lo cual, es una idea muy prometedora para ponerse en práctica, como parte de aquellos propósitos para iniciar un ciclo; por supuesto, aquí hacemos un paréntesis para sugerir que, en 2021, viajar será más fácil cuando las condiciones sanitarias lo permitan. Con lo anterior, y como no podemos cambiar la situación, hablemos de algunas tradiciones y hábitos que marcan la diferencia entre países, y que nos ratifican que cada cabeza es un mundo y que cada una de ellas tiene una razón de ser. El dinero Dentro de los tópicos que se consideran un tabú en Francia, está el dinero, por ello nunca es tema de conversación, ya que es considerado como “algo sucio”.Los franceses no hablan sobre el dinero, y mucho menos del propio, así que, por ejemplo, entre amigos o familiares es más fácil intuir el sueldo de alguna persona por el nivel de vida que tiene, más no porque ésta comunique algo al respecto. De forma particular, en dicha nación, los rasgos que denotan riqueza suelen levantar sospechas y a menudo existe menosprecio hacia éstos. Suecia es otro país, donde la gente suele incomodarse al hablar de su salario o de sus posesiones, pero sobre todo si éstas son mayores o menores a las de otras personas; y ello obedece al hecho de que, por mucho tiempo, en esta nación ha destacado su democracia y su equidad en cuanto a ingresos sobre otros países, sin embargo, la realidad es que aún existe una brecha considerable entre ricos y pobres, que se ha acentuado en los últimos años.


De esta forma, muchos suecos consideran que si hablan de dinero o de sus tenencias puede ser visto como presunción.


Otro asunto que tiene que ver con el dinero y que marca la diferencia es dar o no, propina por algún servicio.


Mientras, en varios sitios, dar gratificación es señal de amabilidad y existe el hábito de hacerlo contemplando un porcentaje promedio, dependiendo del consumo; por ejemplo, en Estados Unidos, en casi todos los negocios es obligatorio dejar el 15 o el 20 por ciento del total del consumo, o mucho más, si el servicio ha sido excelente; en regiones como Oriente Medio, la propina parece obligatoria por cualquier prestación, aunque oficialmente no exista alguna disposición que lo determine; y contrariamente, en Japón, se trata de una actitud de mala educación, pues el costo pagado, ya incluye un buen servicio; y en China, esta actitud es considerada, una ofensa.


El tiempo


El concepto del tiempo es un valor que se tiene que tener en cuenta al momento de establecer contacto con otras culturas, pues hasta llega a ser objeto de conflicto.

En el tenor del tiempo, el hábito de la puntualidad es muy estricto en países como Inglaterra, Estados Unidos y Canadá, entre otros, así que una función de teatro, un autobús o hasta un tour guiado, iniciarán, aunque el público o el visitante no estén presentes, y no se diga, para el trabajo, pues el tiempo es apreciado como un bien limitado para la productividad; por su parte, en otras regiones como Iberoamérica, Latinoamérica y el Mundo árabe, la puntualidad es vista como algo flexible.



La estadounidense Erin Meyer, autora de The Culture Map: Breaking Through the Invisible Boundaries of GlobalBusiness (El mapa cultural: Rompiendo los límites invisibles de los negocios globales), un libro publicado en 2014, analiza cómo las diferencias culturales nacionales impactan en los negocios.
Por su parte, en 2018, la también profesora reconoció que los países más puntuales fueron Alemania, Suiza, Japón, Suecia y Holanda; y entre los menos puntuales, figuraron Arabia Saudita, India, Nigeria, Kenia y China.


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